Expertos destacan estabilidad del peso dominicano tras la pandemia pese a la volatilidad global

APUNTE.COM.DO- SANTO DOMINGO.,REPUBLICA DOMINICANA.– En medio de un escenario internacional marcado por tensiones financieras, conflictos geopolíticos e incertidumbre económica, el tipo de cambio en la República Dominicana ha mostrado un comportamiento estable y ordenado desde la pandemia del COVID-19, de acuerdo con un análisis presentado por los economistas Elisa Vilorio de Painter y Julio Andújar Scheker.

Los autores sostienen que, a pesar de los fuertes choques externos registrados desde 2020 —como la disrupción de las cadenas de suministro, la desaceleración global y la inflación importada— el mercado cambiario dominicano ha logrado absorber estas presiones sin episodios de desorden, apoyado en fundamentos macroeconómicos sólidos y una política monetaria creíble.

Uno de los elementos clave señalados en el análisis es el esquema de metas de inflación adoptado por el país desde 2012, el cual ha fortalecido la credibilidad del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) y ha permitido que el tipo de cambio funcione como un amortiguador frente a los choques externos, en lugar de convertirse en una fuente de inestabilidad.

Reconocimiento del FMI

El buen desempeño del mercado cambiario fue reconocido recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que reclasificó el régimen cambiario dominicano como de flotación, destacando que el valor del peso frente al dólar responde principalmente a la oferta y la demanda, con intervenciones puntuales del Banco Central solo para moderar episodios de volatilidad excesiva.

Según el análisis, esta reclasificación confirma que la República Dominicana cuenta hoy con un mercado cambiario más profundo, transparente y alineado con las mejores prácticas internacionales.

Menor impacto del dólar sobre los precios

Otro aspecto relevante es la reducción significativa del impacto del tipo de cambio sobre la inflación. De acuerdo con los datos citados, el traspaso cambiario se ha reducido de niveles cercanos al 70 % en 2012 a alrededor de 27 % en 2025, lo que refleja una mayor credibilidad de la política monetaria y un mejor anclaje de las expectativas inflacionarias.

Este avance ha permitido una mayor flexibilidad cambiaria sin comprometer la estabilidad de precios, uno de los principales objetivos del BCRD.

Flujos de divisas y confianza de los inversionistas

El análisis también resalta el comportamiento favorable de los flujos de divisas hacia el país. Las remesas alcanzaron niveles históricos en 2025, mientras que los ingresos por turismo y la inversión extranjera directa continúan mostrando una tendencia positiva, en contraste con la caída de estos flujos a nivel global.

Asimismo, el riesgo país, medido a través del índice EMBI de J.P. Morgan, ha descendido hasta ubicarse cerca del promedio de las economías latinoamericanas con grado de inversión, reforzando la percepción de estabilidad macroeconómica.

Movimientos normales, no señales de crisis

Los economistas advierten que las fluctuaciones recientes del tipo de cambio no deben interpretarse como señales de crisis, sino como parte normal del funcionamiento de un régimen de flotación con metas de inflación, especialmente en un contexto internacional volátil.

En ese sentido, destacan que la baja dolarización del sistema financiero y la limitada exposición del sector corporativo a deudas en moneda extranjera reducen la vulnerabilidad ante movimientos bruscos del dólar.

Perspectivas

De cara al futuro, el análisis señala que la resiliencia del mercado cambiario dominicano dependerá de preservar la credibilidad del régimen monetario, fortalecer la supervisión de los riesgos financieros y garantizar la continuidad de flujos estables de divisas, especialmente remesas e inversión extranjera directa.

En definitiva, el Banco Central continuará enfocado en preservar la estabilidad de precios y en asegurar un mercado cambiario transparente y ordenado, condiciones consideradas esenciales para sostener el crecimiento económico y la estabilidad financiera del país.