APUNTE.COM.DO, Santo Domingo.– Un reciente estudio ha revelado un dato que desafía los estándares tradicionales de belleza: el 75% de las mujeres prefieren hombres con cuerpos normales, no musculosos, también conocidos como “dad bods”. Este tipo de físico combina una apariencia saludable con cierta suavidad, demostrando que la perfección atlética no es la clave para conquistar.
Estudios respaldan la tendencia
Encuestas de Dating.com indican que tres de cada cuatro mujeres solteras consideran más atractivos a los hombres con cuerpos relajados, no excesivamente definidos. Asimismo, Planet Fitness señala que un 78% de las mujeres asocia estos físicos con seguridad, accesibilidad emocional y capacidad de ser buenos compañeros o padres.
Investigaciones científicas también coinciden. Un estudio publicado en Personality and Individual Differences encontró que las mujeres prefieren un índice de masa corporal (IMC) moderado, dentro o ligeramente por encima del rango saludable: 23.4 en China, 23.0 en Lituania y 26.6 en el Reino Unido.
Por qué el “dad bod” atrae
Los expertos explican que este fenómeno tiene raíces evolutivas y sociales. Un IMC moderado indica buen estado de salud y niveles equilibrados de testosterona, mientras que los cuerpos extremadamente musculosos pueden percibirse como menos accesibles o agresivos. En cambio, los “dad bods” transmiten confianza, tranquilidad y fiabilidad, atributos que las mujeres valoran fuertemente.
Un cambio cultural en marcha
El auge del “dad bod” también refleja un cambio cultural hacia la aceptación de la diversidad corporal. Celebridades como Travis Kelce, Jason Momoa y Will Smith han popularizado cuerpos reales y accesibles, desafiando los estándares rígidos de belleza impuestos por los medios. Campañas de positividad corporal refuerzan esta tendencia, promoviendo que se celebren todos los tipos de cuerpo.
Conclusión
Lejos de los cánones inalcanzables, la mayoría de las mujeres prioriza la autenticidad y la cercanía emocional sobre los músculos perfectos. El “dad bod” ha demostrado ser no solo aceptable, sino incluso preferido, consolidándose como un nuevo estándar de atractivo masculino.