APUNTE.COM.DO, Santo Domingo, R. D. – Vivir más y mejor no es un secreto guardado, sino el resultado de hábitos saludables que influyen directamente en la calidad de vida. Diversos estudios internacionales señalan que incorporar rutinas conscientes en la alimentación, el ejercicio y el cuidado emocional puede marcar una gran diferencia en la longevidad.
Alimentación equilibrada: Consumir frutas, vegetales, granos integrales y proteínas magras es fundamental. Evitar el exceso de azúcares, frituras y alimentos ultraprocesados ayuda a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y problemas cardiovasculares. Mantener una adecuada hidratación, tomando al menos 8 vasos de agua al día, también es clave para un organismo sano.
Actividad física constante: Caminar diariamente, practicar deportes o realizar ejercicios de fuerza y resistencia no solo mantiene el cuerpo en forma, sino que también mejora la salud mental, reduce el estrés y fortalece el sistema inmunológico. Los expertos recomiendan al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana.
Sueño reparador: Dormir entre 7 y 9 horas diarias es esencial para la regeneración celular, la memoria y el bienestar emocional. La falta de sueño se asocia con mayor riesgo de obesidad, depresión y enfermedades cardíacas.
Salud mental y emocional: Practicar la meditación, el mindfulness o simplemente dedicar tiempo a hobbies y relaciones sociales fortalece la mente y reduce los niveles de ansiedad y depresión. Mantener un entorno positivo y rodearse de personas que aporten bienestar contribuye a vivir con mayor plenitud.
Prevención y chequeos médicos: Asistir a revisiones periódicas permite detectar problemas de salud de manera temprana y adoptar medidas preventivas, lo que aumenta las probabilidades de una vida larga y saludable.
Evitar hábitos nocivos: Reducir o eliminar el consumo de alcohol y tabaco y moderar el estrés son acciones esenciales para mantener la salud a largo plazo.
Expertos coinciden en que la clave no está en cambios radicales, sino en pequeñas acciones consistentes. La combinación de buena alimentación, ejercicio regular, descanso adecuado y salud emocional puede convertirse en la fórmula para una vida más sana y duradera.