Pedro García | Apunte.com.do
APUNTE.COM.DO.- SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA.– En tiempos donde lo natural vuelve a ganar terreno frente a los productos industriales, una planta de aroma intenso y propiedades casi milagrosas se alza como favorita en boticas, cocinas y rituales de salud: el romero.
Más que un simple condimento, el romero es un tesoro vegetal cargado de virtudes medicinales que la ciencia moderna ha empezado a confirmar, pero que nuestras abuelas ya sabían de memoria.
Conocido por sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios y antimicrobianos, esta planta mediterránea ha sido aliada de generaciones enteras para aliviar dolores musculares, mejorar la digestión, tratar afecciones respiratorias y hasta proteger el sistema nervioso. Tomarlo en infusión, aplicarlo como aceite o usarlo en baños de vapor puede marcar una gran diferencia en la salud general del cuerpo.
Y eso no es todo. El romero también es un secreto de belleza milenario. Aplicado sobre el cuero cabelludo, fortalece el crecimiento del cabello y reduce la caspa. En la piel, su acción tonificante ayuda a combatir el envejecimiento prematuro y mantener un rostro más lozano y saludable.
Además, su poder diurético lo convierte en un gran aliado para eliminar toxinas, y su uso aromático no solo relaja, sino que estimula la memoria y la concentración, lo que lo convierte en un tónico natural para el cerebro.
En tiempos donde lo artificial muchas veces complica más de lo que ayuda, el romero emerge como una alternativa noble, accesible y poderosa. Ya sea en el té de la mañana, en el masaje de la tarde o en la bruma que perfuma el hogar, esta planta es más que un remedio: es un regalo de la naturaleza que no pasa de moda.
¿Quién necesita una farmacia, cuando tiene un ramo de romero al alcance?
Redacción: Pedro García
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