No tropezar dos veces con la misma piedra: lección de vida o advertencia ignorada
APUNTE.COM.DO – SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA.- La vida está llena de lecciones. Algunas las aprendemos a tiempo; otras, lamentablemente, a golpes. Y hay una frase que sigue resonando generación tras generación: “No se debe tropezar dos veces con la misma piedra”. Sin embargo, si observamos a nuestro alrededor —y dentro de nosotros mismos—, veremos que esa advertencia suele ignorarse más de lo que quisiéramos admitir.
Tropezar una vez puede ser humano. Todos cometemos errores. Pero insistir en el mismo fallo, repitiendo decisiones que ya demostraron ser equivocadas, es una señal clara de que algo no está funcionando: o la memoria es corta, o la voluntad es débil, o simplemente no queremos aprender.
Cuando el error se vuelve costumbre
En la vida personal, ¿cuántas veces volvemos a confiar en quien ya nos traicionó? ¿Cuántas relaciones saboteamos por patrones que juramos no repetir? En lo profesional, ¿cuántas oportunidades desperdiciamos por miedo, indecisión o soberbia? Y en lo económico, ¿cuántas veces caemos en las mismas trampas financieras, impulsados por la prisa o la ambición?
El problema no es la piedra. El problema somos nosotros. La piedra representa el pasado, la advertencia, la experiencia. Y aun así, volvemos a ella, como si no doliera igual, como si esta vez fuera diferente. Pero no lo es.
En lo político, la historia también se repite
Este patrón de repetir errores no es exclusivo de lo personal. Como sociedad, también tropezamos. Elegimos a los mismos que prometieron y no cumplieron. Aplaudimos discursos que ya hemos escuchado, y volvemos a creer en fórmulas que han fracasado una y otra vez.
La historia dominicana está llena de nombres, rostros y proyectos que reaparecen como si el tiempo no hubiera pasado. Y lo más curioso es que regresan con el mismo libreto, y aun así logran convencer a una parte del electorado. ¿Es falta de opciones, desesperanza o simplemente desmemoria colectiva?
Tropezar con la misma piedra en lo político es más peligroso, porque no solo afecta al que comete el error, sino a todo un país.
Aprender duele, pero es necesario
Reconocer un error implica humildad. Cambiar de rumbo requiere valentía. Pero si no lo hacemos, estamos condenados a vivir en un ciclo sin progreso. La piedra estará siempre ahí. Lo que cambia es nuestra capacidad para verla y, sobre todo, para esquivarla.
El crecimiento personal, profesional y social depende de cuán dispuestos estamos a analizar nuestras caídas, identificar las piedras y decidir no volver a pisarlas.
La decisión es nuestra
La piedra no se mueve. No tiene voluntad ni intenciones. La pregunta clave es: ¿vamos a seguir caminando con los ojos cerrados, o vamos a abrirlos de una vez por todas?
Porque tropezar una vez puede ser un accidente. Tropezar dos veces, ya es una decisión.
Por Ramiro Estrella
Director ejecutivo de Apunte.com.do
APUNTE.COM.DO.– Dicen que “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”, y aunque la frase se ha vuelto un cliché popular, encierra una verdad dolorosa: muchas veces no aprendemos de nuestros errores.