El artista danés que creó una escultura para honrar a los muertos de la Plaza de Tiananmen, contrató a un abogado para resguardar su obra y recuperarla, luego de que la Universidad de Hong Kong (HKU) ordenó su remoción.

La obra “Pilar de la Vergüenza” de ocho metros de alto, del escultor Jens Galschiot, ha estado en el campus de la HKU desde 1997, el año en que Hong Kong volvió a estar bajo soberanía china.

La obra presenta 50 rostros angustiados y cuerpos torturados apilados uno sobre el otro, y conmemora a los manifestantes prodemocracia muertos a manos de soldados chinos en 1989 en la Plaza Tiananmen de Pekín.

La semana pasada, la que además es la universidad más antigua de Hong Kong ordenó su remoción para esta semana citando un “consejo legal”, en momentos en que las autoridades reprimen a la disidencia.

El escultor dijo que contrató a un abogado local y pidió una audiencia en la universidad para discutir el futuro de la estatua al acercarse el plazo.

“Yo espero que se respete mi propiedad de la escultura y que pueda sacarla de Hong Kong de manera ordenada y sin que sufra algún daño”, expresó en un mensaje de correo electrónico a la agencia AFP.

La Universidad de Hong Kong dijo que “aún busca asesoría legal y trabaja con las partes involucradas para tratar el asunto de una manera legal y razonable”.

Galschiot dijo que prefiere que la estatua continúe en Hong Kong. Y si llegara a ser destruida por las autoridades, los hongkoneses deberian recoger “todas las piezas posible del Pilar de la Vergüenza”, comentó.

“Estas piezas pueden ser usadas para alguna manifestación simbólica de que ‘los imperios pasan, pero el arte persiste’”, señaló.

Represión a disidentes

Indicó además que ha estado en contacto con personas de Hong Kong que han escaneado la escultura en 3D para reproducirla en miniatura.

Hong Kong era el único lugar en China donde se permitían los actos para recordar a los muertos de Tiananmen. Pero tras las enormes y a veces violentas manifestaciones prodemocracia de 2019, China ha transformado la ciudad a su propia imagen autoritaria.

Numerosas figuras de la oposición han sido encarceladas o huyeron al exterior, y las dos últimas vigilias para recordar la matanza de Tiananmen fueron prohibidas, según las autoridades, por el coronavirus.

Autoridades de la ciudad advirtieron que conmemorar los hechos de Tiananmen podría ser visto como subversión bajo una ley de seguridad nacional impuesta por Pekín a Hong Kong el año pasado.

La ciudad tiene algunas de las mejores universidades de Asia y se ha proyectado como un bastión de la libertad académica. Pero últimamente, académicos críticos del gobierno han visto sus contratos cortados.

En los últimos días, estudiantes y pobladores han acudido a la HKU para tomarse fotos con la estatua.

“Ahora debo tener más cuidado con el día a día en el campus”, comentó a AFP un estudiante de arte que se identificó como Vincent, al visitar el pilar. “Siempre estoy pensando en las cosas que ya no son permitidas en la universidad”.