Africa en griego significa «sin frío»; también «donde el mar hace espuma», aphros. Es un continente de temperaturas elevadas. Tenía nombre local propio femenino ( Avriga o Afri) pero, con el avance europeo en sus tierras al sur, a partir del siglo XVI lo adquirió todo el territorio.

Dicho continente consta de 54 países de los 196 del mundo, pero siendo la mayoría colonias europeas que lograron su Independencia a mediados del siglo XX; tiene una población de 1,111 millones, de los 7,000 millones de seres humanos actualmente del mundo.

Africa, con más del 20 % de las tierras del planeta (30 Km cuadrados); una tercera parte de áreas desérticas; 40 % sin ríos, un 69 % de las tierras áridas del planeta, con sólo un 8 % cultivables, constituyendo la parte más pobre del globo terráqueo donde a diario mueren niños de hambre.

En ese continente, donde hace siglos aparecieron los más antiguos restos del ente humano, es allí donde se incubó el virus del ébola, que adquirió dicho nombre de un río de Zaire, hoy República Democrática del Congo.

Ese virus tiene 5 cepas infectantes; es una zoonosis (de transmisión por animales selváticos: Gorilas y monos), siendo los murciélagos frugivorus los huéspedes del virus en Africa. Es virus del género filovirus, de forma filamentosa, alargada, identificado por primera vez en brote ocurrido el 26-Agosto-1976, en la ciudad de Yambuku.

La Fiebre Hemorrágica del Ebola o Enfermedad del Ebola, contagiosa y alta letalidad, se transmite por contacto directo, a través de la sangre, saliva, semen, sudor, orina y vómitos infectados de seres humanos y animales vivos o muertos, en la preparación de cadáveres, cremación e inhumación.

En nuestro continente, los únicos que confirman el virus son el «Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades» de los EEUU (CDC) y, el «Laboratorio Nacional de Microbiología» de la Agencia de Salud Pública de Canada».

Entre contagio y aparición primeros síntomas transcurren 5-12 días, lo más frecuente. Enfermedad de inicio súbito, con fiebre alta; dolores musculares, articulares y abdominales; dolor de cabeza, erupciones en todo el cuerpo y, sangrado por naríz, boca y ano; mareos y dificultad respiratoria. Su alta mortalidad (más del 90 % de los infectados) se produce por shock hipovolémico (pérdida de sangre).

No existe vacuna alguna para su prevención, ni tratamiento específico sino sintomático, con el paciente en sala especial y personal de salud con la protección adecuada. La cepa del virus de más alta letalidad es la Ebola Zaire, que desde marzo-2014 ha provocado el mayor brote en Africa Occidental, afectando a Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria (más de 150 millones de habitantes), con una cifra de fallecidos sobre las 3000 personas, al mes de septiembre.

Lo anterior provocó tal alarma mundial, que el 8 de agosto pasado la OMS decretó la « emergencia pública sanitaria internacional» para el control sanitario en puertos, aeropuertos y fronteras. Para evitar una «catástrofe humanitaria mundial», la OMS, los EEUU, la UE y líderes mundiales, despliegan esfuerzos en Africa con ayuda material, técnica, equipos y recursos humanos (con protección especial), a los fines de controlar virus y/o enfermedad y evitar propagación a otros continentes.

El continente africano limita con los demás continentes por dos océanos (Atlántico y el Indico) y dos mares (Mediterráneo y el Mar Rojo), además son muy claras las fronteras entre Africa y América porque forman costas opuestas del Océano Atlántico, cuyas áreas interiores están desprovistas de islas; es razón suficiente para que no nos exporten e impacten con su indeseado ébola.

En la isla Hispaniola tenemos el riesgo de que en universidades de Africa hay decenas de estudiantes haitianos y, en la Universidad Superior de Agricultura ISA de Santiago en R.D., están  matriculados varios estudiantes de Africa que el próximo noviembre estarán de vacaciones. ¡Alerta, Alerta!

Por todo lo anterior, es difícil, pero no imposible, que el ébola entre al continente americano y por ende a nuestro país.