El amor no se impone, surge o no
AGENCIA, APUNTE.COM.DO .– El amor, ese sentimiento profundo que tantas veces inspira canciones, poemas y decisiones de vida, no responde a fórmulas ni a esfuerzos forzados.
Simplemente aparece cuando existe una conexión genuina entre dos personas, o no aparece en absoluto.
Intentar imponerlo, mantenerlo a la fuerza o disfrazarlo de compromiso es como querer detener el paso del tiempo: imposible.
El amor auténtico nace del respeto, la confianza y la libertad mutua, no de la presión o el miedo a estar solo.
Psicólogos y terapeutas de pareja coinciden en que uno de los errores más comunes en las relaciones humanas es confundir amor con apego.
Mientras el amor impulsa el crecimiento, el apego busca controlar y retener. Y cuando se trata de imponer sentimientos, se destruye la esencia misma de lo que se pretende conservar.
En la práctica, muchas personas insisten en revivir vínculos que ya se han apagado. Lo hacen por costumbre, dependencia emocional o temor a aceptar la realidad.
Pero el amor, cuando deja de sentirse, no se recupera por insistencia, sino con sinceridad y distancia.
El amor verdadero no se exige, se ofrece.
Es un acto voluntario, no una negociación.
Requiere empatía, comprensión y voluntad de compartir el camino, sin anular la individualidad de cada uno.
El periodista y abogado Ramiro Estrella, director ejecutivo de Apunte.com.do, considera que “cuando el amor es genuino, fluye sin obstáculos. Forzarlo, en cambio, solo conduce a la frustración y al vacío emocional. El amor no puede ser una meta, sino una consecuencia de la afinidad y el respeto”.
Aceptar que el amor no siempre llega —o que a veces se va— es un acto de madurez emocional.
No se trata de perder, sino de entender que cada etapa de la vida tiene su propósito.
Y cuando el amor aparece, sin haberlo buscado ni forzado, se convierte en una de las experiencias más puras y transformadoras del ser humano.
Porque el amor verdadero no se conquista ni se impone; se reconoce, se siente y se agradece.