APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO, R.D. -En la vida cotidiana, las primeras impresiones suelen marcar la forma en que percibimos a los demás. La vestimenta, los títulos o el estatus social pueden generar admiración o respeto inmediato, pero no necesariamente reflejan la verdadera esencia de una persona. Este viejo adagio popular nos recuerda que la apariencia externa no determina la integridad ni el carácter.

Expertos en psicología señalan que este fenómeno refleja un sesgo común en la sociedad: juzgar a otros por lo superficial. La psicóloga dominicana Clara Méndez explica que “las personas tienden a evaluar a los demás por lo que ven, pero el verdadero carácter se demuestra en acciones, decisiones y coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”.

En el ámbito profesional, el principio cobra aún más relevancia. Un traje elegante o una oficina lujosa pueden impresionar, pero no garantizan ética laboral, profesionalismo ni habilidades reales. Por el contrario, la autenticidad, la disciplina, la responsabilidad y la transparencia son los elementos que definen a un verdadero líder o a un profesional confiable.

El mundo contemporáneo, con la influencia de las redes sociales, ha amplificado la tendencia a juzgar por lo que se ve. La imagen pública puede manipular percepciones y generar falsas impresiones. Por eso, es fundamental reflexionar antes de emitir juicios y valorar más las acciones que las apariencias.

El mensaje de “el hábito no hace al monje” invita a mirar más allá de lo superficial. La verdadera esencia de una persona se revela en su comportamiento, en la forma en que trata a los demás y en la coherencia entre sus palabras y sus actos.

Ramiro Estrella, periodista y abogado, director ejecutivo de Apunte.com.do, añade que “vivimos en una sociedad que valora la apariencia por encima del contenido, pero quienes se enfocan en la esencia y en los valores sólidos siempre logran construir reputación y respeto duradero. La lección está en aprender a mirar más allá de lo que vemos”.

Recordar esta enseñanza puede ayudarnos a construir relaciones más auténticas, elegir líderes más confiables y tomar decisiones más acertadas en todos los ámbitos de la vida.