APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -Bajo la amenaza de la Tormenta Melissa, la población de Costa del Faro, Santo Domingo Este vivió días de tensión y de prueba.  El cielo se cerró, y la lluvia cayó con una intensidad que ponía a prueba la resistencia de todos. Sin embargo, en medio del agua y la incertidumbre, surgió algo más poderoso que la tormenta: La solidaridad, el trabajo en equipo y la vocación de servicio.

La innovación que cambió el panorama

Los sectores históricamente golpeados por las inundaciones— Vivieron por
primera vez en muchos años, la ausencia de lamentaciones por causa de inundaciones—; vemos como ni el Hoyo de Alma Rosa,  Maquiteria,  Las Lilas en los Tres Brazos fueron  noticias por causa del agua.

Una de las claves de este logro fue la construcción acelerada y preventiva de los sistemas El SISDRAP (Sistema de Drenaje y Recolección de Aguas Pluviales), diseñado por Dío Astacio y su equipo. Que son  estanques en forma de trinchera que absorben los excesos de agua en puntos críticos. Estas estructuras, combinadas con la limpieza preventiva de los imbornales,  el mantenimiento constante de los desagües, y la recolección permanente de la basura, permitieron reducir significativamente el sufrimiento de los pobladores de estos sectores tradicionalmente afectados.

 

 

Solidaridad en movimiento

La respuesta del gobierno municipal encabezado por el Pastor Dio Astacio, no se limitó a servicios eficientes, obras físicas, supervisión constante y acompañamiento de la comunidad. Además, brigadas de asistencia social de la alcaldía recorrieron los barrios más necesitados entregando alimentos, acompañando a familias vulnerables y ofreciendo palabras de aliento en medio de la difícil situación existente.

El propio Dío Astacio recorrió las calles, de día y de noche, guiando los operativos, verificando las zonas más afectadas y alentando a su equipo.

Una reflexión necesaria

En medio de los operativos, el alcalde compartió una reflexión que invita a la conciencia ciudadana:

"No hay ciudades en el mundo inmunes a las tormentas de agua; ni Nueva York, ni Londres, ni Roma, ni Tokio. La diferencia está en la capacidad de estas ciudades de drenar las aguas, porque sus sistemas de drenaje funcionan, porque no están tapados, porque sus ciudadanos después de siglos de sufrir inundaciones entendieron hace mucho tiempo que en sus manos está no provocar el problema, no tirando basura en las calles”.

Con esas palabras, recordó que la lucha contra las inundaciones no depende solo de la infraestructura, sino también del comportamiento de cada ciudadano. Cada botella, bolsa o desecho y especialmente plásticos mal dispuesto, puede convertirse en el obstáculo que impida que el agua fluya.

Una ciudad más fuerte y unida

La Tormenta Melissa puso a prueba la fortaleza de la administración municipal de  Costa del faro, Santo Domingo Este, y la ciudad respondió con organización, fe y trabajo. En lugar del caos, se impuso la coordinación; en lugar de la desesperanza, la solidaridad.

Lo vivido durante estos días demostró que cuando las autoridades y la comunidad se unen en un propósito común, ninguna tormenta puede apagar la esperanza.  Entre el sonido del viento y el rugido del agua, emergió una imagen imborrable: la de un pueblo de pie, trabajando juntos por su bienestar, guiado por la fe y la determinación de un liderazgo comprometido.

Y como dijo con alegría  un vecino de Maquiteria: "Esta vez, la tormenta no nos venció... nos unió."