APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -El envejecimiento es un proceso natural, pero la ciencia y la nutrición nos enseñan que podemos ralentizar sus efectos con elecciones inteligentes en nuestra alimentación. No se trata de milagros, sino de hábitos que fortalecen el cuerpo, la piel y la mente.
Entre los alimentos más poderosos destacan las frutas rojas, como arándanos, fresas, moras y cerezas. Estas contienen antioxidantes y antocianinas que combaten los radicales libres, responsables del deterioro celular y la aparición de arrugas. Incluirlas diariamente puede mejorar la memoria y proteger el corazón.
El aguacate, rico en grasas saludables y vitamina E, ayuda a mantener la piel hidratada y flexible, mientras que los pescados grasos, como el salmón, la caballa y las sardinas, aportan ácidos omega-3 que reducen inflamación y protegen el cerebro.
No menos importantes son las nueces, almendras y semillas, que contienen antioxidantes y minerales esenciales que fortalecen el sistema inmune y retrasan la degeneración celular. Las legumbres, por su parte, aportan proteína vegetal y fibra que ayudan a mantener la masa muscular y regulan el azúcar en la sangre.
Los vegetales de hoja verde, como espinaca, kale y brócoli, son aliados del envejecimiento saludable por su contenido de vitaminas, minerales y clorofila, que refuerzan huesos, articulaciones y piel. Además, el té verde y el chocolate oscuro actúan como potentes antioxidantes naturales que protegen contra el daño celular y mejoran la circulación sanguínea.
La nutricionista Luisa Fernández explica: “Una alimentación rica en antioxidantes, acompañada de ejercicio, hidratación y manejo del estrés, puede retrasar los signos del envejecimiento de manera significativa”.
Incorporar estos alimentos no requiere cambios radicales, sino pequeños ajustes diarios que se reflejan en energía, apariencia y bienestar. La juventud no es un número, sino el resultado de decisiones conscientes que fortalecen el cuerpo desde dentro.