APUNTE.COM.DO.- SANTO DOMINGO, RD.- La escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela ha encendido las alarmas en América Latina. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, firmó recientemente un acuerdo internacional con el objetivo de fortalecer la cooperación regional, defender la soberanía nacional y contrarrestar lo que su gobierno califica como presiones externas injustificadas.

El acuerdo, respaldado por varios países latinoamericanos y organismos internacionales, busca consolidar la unidad regional frente a agresiones externas, promover la diplomacia como herramienta principal para la resolución de conflictos y garantizar la paz y la estabilidad en América Latina. Se espera que este pacto sirva como plataforma para futuras negociaciones y acciones conjuntas entre los países firmantes, sin especificar todavía medidas concretas.

Hostilidades de EE.UU.

La firma del acuerdo se produce en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos. Washington ha desplegado buques de guerra en aguas internacionales cercanas a Venezuela, argumentando operaciones contra el narcotráfico, y ha impuesto sanciones económicas a funcionarios y empresas vinculadas al gobierno de Maduro.

Adicionalmente, la administración estadounidense incrementó la recompensa por información que conduzca a la captura del presidente venezolano, acusado de liderar el denominado "Cártel de los Soles", una presunta red de narcotráfico que involucra a altos mandos militares. Estas acciones han sido interpretadas por Caracas como un ataque directo a su soberanía, generando un aumento de la tensión diplomática y militar.

Respuesta de Maduro

En respuesta, Nicolás Maduro calificó estas medidas como una agresión imperialista y movilizó a millones de milicianos como muestra de fuerza ante posibles confrontaciones. Además, el mandatario solicitó apoyo de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), denunciando lo que considera una campaña de hostigamiento por parte de Estados Unidos.

Maduro también ha intensificado su agenda diplomática, buscando respaldo de países aliados y fortaleciendo vínculos con naciones que comparten una visión crítica de la política estadounidense en la región, incluyendo Bolivia, México y Nicaragua. Estas alianzas buscan equilibrar la presión internacional y generar un frente común de defensa de la soberanía regional.

Repercusiones regionales

Expertos en relaciones internacionales advierten que la situación podría tener efectos directos sobre la estabilidad política y económica de la región. Una escalada del conflicto podría afectar el comercio, la inversión extranjera y la seguridad en países vecinos, especialmente en el Caribe y América del Sur.

“La tensión entre EE.UU. y Venezuela no es un problema aislado; tiene repercusiones que podrían desestabilizar toda la región”, señaló Luisa Hernández, analista política especializada en América Latina. Hernández añadió que la firma del acuerdo por Maduro refleja un intento de consolidar apoyo internacional y reducir la presión de Estados Unidos mediante alianzas estratégicas.

Observación internacional

La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, con la esperanza de que se mantenga el diálogo y se eviten enfrentamientos directos. La situación genera preocupación entre organismos de derechos humanos y economistas, quienes temen que cualquier escalada pueda afectar a la población civil, incrementar la migración forzada y profundizar la crisis humanitaria que ya afecta a Venezuela.

En resumen, la reciente firma de un acuerdo internacional por Nicolás Maduro se convierte en un paso clave en la estrategia del gobierno venezolano para enfrentar las hostilidades de Estados Unidos, en un contexto que exige cautela y vigilancia regional