Por Luis Nova | Apunte.com.do

APUNTE.COM.DO.-SANTO DOMINGO. RD– En la vida pública y privada, hay una frase que sirve para todo: para evadir, para justificar, para distraer o, simplemente, para no asumir. Esa frase es “eso es harina de otro costal”, un clásico dominicano —importado del español castizo— que se usa cuando alguien quiere cambiar el tema… o zafarse elegantemente.

Pero, ¿qué significa realmente?

Decir “eso es harina de otro costal” es lo mismo que afirmar: “ese no es el punto ahora”, “eso no tiene nada que ver”, o “mejor no entremos ahí”. En otras palabras, es una forma de cortar una discusión incómoda, desviar la atención o archivar un tema que incomoda. Lo curioso es que se emplea tanto en lo cotidiano como en los escenarios más serios del país.

Políticos, expertos en costales

Basta con escuchar a un funcionario al que se le cuestiona por los fondos públicos: “Lo que pasa con ese contrato… bueno, eso es harina de otro costal”. Traducción: no quiero hablar de eso. O cuando se les exige transparencia en las promesas incumplidas: “Una cosa es la obra y otra el contrato… harina de otro costal”.

Y así se va llenando la repisa de los temas pendientes, aplazados, o simplemente ignorados. Porque cuando todo es "harina de otro costal", la responsabilidad se convierte en un saco sin fondo.

En la calle también se usa

En los barrios, oficinas y hasta en las redes sociales, la expresión sobrevive como mecanismo de defensa. Cuando una pareja discute y uno saca los errores del pasado, el otro responde: “¡No me vengas con eso, que eso es harina de otro costal!”. La frase sirve igual para cerrar que para evitar abrir heridas viejas.

¿Y si empezamos a revisar esos costales?

La reflexión es sencilla: no todo puede estar en otro costal. Llega un momento en que hay que abrir cada saco, revisar la harina, ver si sirve… o si ya está llena de gorgojos.

Porque mientras más temas se meten en costales distintos, más difícil se hace resolver lo que verdaderamente importa.