La sangre no llegará al río: Una expresión que alivia los conflictos
Por Pedro García | Apunte.com.do
APUNTE.COM.DO.-SANTO DOMINGO,RD.– En tiempos donde la tensión suele escalar con rapidez —en las calles, en las redes sociales, en el Congreso o en una simple mesa familiar—, hay una frase que funciona como bálsamo y que conviene recordar: “la sangre no llegará al río”.
La expresión, de origen español, tiene un significado profundo que sobrevive al paso del tiempo y atraviesa fronteras. Se utiliza para señalar que, a pesar de los desacuerdos, discusiones o situaciones conflictivas, el desenlace no fue tan grave como se temía. En buen dominicano: se armó el rebú, pero no pasó de ahí.
En su construcción simbólica, el “río” representa el punto de no retorno, ese límite donde todo se desborda, donde ya no hay espacio para la cordura ni el diálogo. Decir que la sangre no llegó al río es aceptar que, aunque hubo presión, tensión o molestia, al final reinó la sensatez.
La Real Academia Española (RAE) recoge esta locución como un verbo festivo y coloquial, propio de disputas que no terminan en consecuencias graves. Y no solo se aplica a conflictos entre personas, sino también a escenarios políticos, institucionales o internacionales, donde las cosas se calientan… pero no explotan.
Un respiro en la tormenta
“No llegará la sangre al río”, se escuchó decir recientemente en los pasillos del Congreso, tras una acalorada sesión entre legisladores enfrentados por una ley controversial. Lo mismo pudo haberse dicho en algún consejo de ministros, en una reunión sindical o incluso entre vecinos que discutieron por un parqueo.
Y es que esta expresión, más que un refrán, es un llamado al equilibrio, a bajar el tono, a dejar que la razón se imponga sobre el orgullo.
En un país como el nuestro...
Donde los ánimos se encienden con facilidad y el honor personal se defiende con palabras grandes —y a veces hasta con más que palabras—, recordar que “la sangre no debe llegar al río” puede salvar relaciones, reputaciones y hasta gobiernos.
Desde Apunte.com.do, y en nombre del buen juicio, apostamos siempre a que el río siga claro y sin rastros de sangre. Porque cuando hay diálogo, respeto y voluntad, los conflictos no tienen que dejar heridos. Solo lecciones.