CIENCIA Y VIDA SALUDABLE

APUNTE.COM.DO.-SANTO DOMINGO,RD.– Lo que durante años se consideró como un simple placer culposo, hoy es respaldado por la ciencia: el chocolate negro, el queso curado y el vino tinto no solo deleitan el paladar, sino que podrían alargar la vida. Así lo afirman múltiples estudios científicos realizados en Europa, Asia y América, que han encendido el debate sobre cómo pequeños placeres cotidianos pueden convertirse en aliados de la longevidad.

Aunque en la República Dominicana aún se mira con recelo cualquier dieta que incluya estos productos, nuevas investigaciones invitan a cambiar la perspectiva y a disfrutar, con moderación y responsabilidad, de lo que muchos llaman el “triángulo del bienestar”: chocolate, queso y vino tinto.

La ciencia respalda el placer

Investigadores de la Universidad de Harvard, del Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos y de la Universidad de Navarra en España, han coincidido en un hallazgo sorprendente: los compuestos presentes en estos alimentos actúan directamente sobre células relacionadas con el envejecimiento, la salud cardiovascular y la inflamación.

El chocolate negro, rico en flavonoides, especialmente epicatequina, mejora la circulación sanguínea, protege el corazón y estimula el cerebro. Un estudio publicado en The British Medical Journal concluyó que el consumo moderado de chocolate negro (mínimo 70% cacao) reduce en un 37% el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

El queso curado, lejos de ser el villano de las dietas, contiene espermidina, una molécula natural que según estudios realizados en Austria y Japón, activa procesos de renovación celular conocidos como autofagia. Este proceso ayuda a eliminar toxinas y prolonga la vida útil de las células.

El vino tinto, por su parte, contiene resveratrol, un antioxidante natural que combate el estrés oxidativo y la inflamación, dos de los mayores enemigos de la longevidad. En pequeñas dosis, se asocia con una menor incidencia de enfermedades coronarias, especialmente entre adultos mayores.

Lo que dice la evidencia

En el marco del Estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), que involucró a más de 7,400 personas, los participantes que incluían cantidades moderadas de vino tinto, queso natural y chocolate amargo dentro de una dieta rica en frutas, vegetales y aceite de oliva, presentaron un 30% menos de probabilidades de sufrir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.

Otro estudio realizado por la Universidad de Loma Linda, en California, reveló que los consumidores frecuentes de chocolate negro tenían un 20% menos riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Mientras tanto, un equipo de científicos italianos halló que los pueblos donde se consume vino tinto y queso artesanal en proporciones razonables superan con frecuencia los 90 años de vida activa.

Placer con moderación: la clave está en la dosis

Los expertos, sin embargo, insisten en que la dosis hace la diferencia. Nadie está recomendando empaparse en vino o devorar tabletas de chocolate sin medida. El consumo debe ser moderado y de calidad. Es decir:

Una copa de vino tinto al día para mujeres y dos para hombres, según la Asociación Americana del Corazón.

Una porción de 30 a 40 gramos de queso curado unas tres veces por semana.

Un cuadrito de chocolate negro (unos 10-20 gramos), preferiblemente con 85% de cacao, como snack diario.

El enfoque dominicano: tradición y salud

En el país, aún persiste una mentalidad que asocia estos productos con excesos o lujos innecesarios. Sin embargo, algunos médicos naturistas y nutricionistas locales ya comienzan a recomendar estas delicias como parte de un estilo de vida balanceado.

“El chocolate negro puro es excelente para el estado de ánimo y el corazón, y el vino tinto de calidad tiene beneficios antioxidantes reales. Lo importante es evitar los productos procesados y los excesos”, indica la doctora Aracelis de la Cruz, nutricionista clínica en Santo Domingo.

A su vez, productores locales de queso artesanal —como los de Moca, Jarabacoa y Montecristi— han comenzado a promover sus productos no solo por el sabor, sino también por sus cualidades nutricionales, especialmente cuando están curados de manera natural, sin aditivos químicos.

¿Viviremos más y mejor?

La pregunta no es si estos alimentos son milagrosos, sino si somos capaces de cambiar nuestra relación con la comida. En un mundo saturado de dietas extremas, ultraprocesados y ritmos de vida acelerados, el mensaje es claro: el bienestar no siempre está en lo prohibido, sino en lo equilibrado.

Disfrutar de un vino con moderación, de un buen queso madurado y de un trozo de chocolate oscuro puede ser más que un capricho gourmet. Puede ser una fórmula sencilla, placentera y científicamente respaldada para vivir mejor, más felices y, quizás, más años.

APUNTE.COM.DO seguirá investigando estas tendencias que conectan la ciencia con la vida cotidiana.
Porque vivir más, con sabor y salud, no es un lujo. Es una posibilidad.
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