No hagas daño para sacar ventaja: una regla vital para construir una sociedad justa

Apunte.com.do – Redacción Especial, Por Ramiro Estrella: Vivimos en un tiempo donde la ambición y la competencia parecen marcar cada paso en la vida pública y privada. El éxito personal, económico o político a veces llega a confundirse con la necesidad de obtener ventajas a cualquier costo, incluso a través de provocar daño a otros. Sin embargo, la enseñanza milenaria sigue presente para quien quiera escucharla: no provoques un mal para obtener un beneficio propio.

Esta premisa, que debería guiar la convivencia humana, sigue teniendo relevancia en la familia, en la comunidad, en la política y en los negocios. Se trata de un principio que no solo define nuestro crecimiento personal, sino que garantiza la paz social y la integridad de cualquier institución.

La tentación de hacer daño para ganar terreno
A diario conocemos historias donde personas hacen tropiezos a otras para abrirse camino en un puesto de trabajo, donde empresarios afectan a competidores para quedarse con una licitación, o donde líderes políticos apuestan a la difamación para escalar posiciones. El éxito alcanzado de esta manera nunca es sostenible, y casi siempre viene acompañado de un precio amargo: la desconfianza, la ruptura de relaciones y la falta de legitimidad.

Consecuencias de la práctica desleal
Lo que comienza como una estrategia para obtener ventaja personal puede convertirse en un camino de autodestrucción. Al actuar con malicia, no solo afectan a otros, sino que ponen en riesgo la reputación y la credibilidad de quien adopta esta actitud. Porque al sembrar malas acciones, inevitablemente llega el día de cosecharlas.

El valor de la ética para alcanzar metas legítimas
En todos los ámbitos de la vida, la integridad sigue siendo la herramienta más poderosa para alcanzar el éxito. Avanzar sin atropellar a nadie garantiza que los logros alcanzados perduren y que las puertas abiertas lo hagan para siempre. Quien respeta a otros en su camino al éxito no solo construye un presente digno, sino un futuro donde la reputación, la confianza y la tranquilidad serán aliados inseparables.

Construir una cultura basada en principios
En un país donde la necesidad de crecimiento económico, social y político sigue presente, la regla de oro debería guiar cada decisión: actuar para alcanzar metas, pero sin convertir al otro en víctima. Porque no hacer daño para obtener un beneficio no solo fortalece al individuo, sino que consolida una comunidad basada en principios, donde la honradez y la colaboración permiten que todos ganen.

Una enseñanza para la vida y para la nación
La República Dominicana, como tantas otras naciones, necesita hombres y mujeres dispuestos a apostar por el éxito que no implique perjudicar a otros para alcanzarlo. Porque al final, la grandeza de un pueblo no se mide solo por su crecimiento económico o político, sino por la calidad humana de su gente.

Conclusión
“No provoques un mal para obtener un beneficio propio” no es solo un principio moral, sino una estrategia inteligente para garantizar un progreso sostenible. Porque, en la vida pública y en la vida privada, lo que realmente perdura es aquello que alcanzamos con honestidad y esfuerzo, construyendo puentes en lugar de quemarlos.