A veces, un relato conmovedor o un gesto de cariño nos provoca esa sensación conocida como "ponerse la piel de gallina", o lo que los científicos llaman "escalofríos estéticos", pero no todos reaccionamos igual ante estas experiencias emocionales y sensoriales.

Según un estudio realizado por investigadores estadounidenses y publicado por Paloma Santamaría en el medio ditigal: El Debate.com Salud y Bienestar, se ha identificado que ciertos factores sociales y psicológicos influyen en la probabilidad de que una persona experimente estos escalofríos al escuchar música hermosa o un discurso inspirador.

Felix Schoeller y su equipo encuestaron a 2,937 personas en el sur de California a través de una plataforma en línea, recopilando información sobre su personalidad, antecedentes demográficos y estado emocional. Luego, los participantes fueron expuestos a 40 clips audiovisuales seleccionados de las redes sociales, donde los usuarios habían reportado experimentar escalofríos estéticos.

Estos clips incluían actuaciones corales, discursos inspiradores, lecturas de poesía y escenas de películas, entre otros. Los resultados revelaron que ciertos grupos demográficos y características psicológicas tenían una mayor predisposición a experimentar estos escalofríos.

Por ejemplo, las personas que se encontraban alerta y de buen humor tenían más probabilidades de experimentarlos que aquellas que estaban cansadas o de mal humor. Además, factores como la edad (entre 35 y 44 años), el género masculino, la filiación política demócrata y tener un título de posgrado también se correlacionaron con una mayor probabilidad de sentir estos escalofríos.

Asimismo, rasgos de personalidad como la extraversión y la escrupulosidad, junto con puntuaciones altas en escalas psicológicas especializadas que miden la propensión a ser conmovido emocionalmente y absorbido en el momento, también predijeron la experiencia de los escalofríos estéticos.

Este estudio sugiere que las experiencias emocionales están influenciadas por una combinación de variables psicológicas, demográficas y culturales. En el futuro, esta comprensión más profunda podría conducir al uso de los escalofríos estéticos como un tratamiento no farmacéutico para trastornos afectivos como la depresión.

Créditos: Autora: Paloma Santamaría
Fuente: El Debate.com Salud y Bienestar