El béisbol, como la vida, no siempre responde a la lógica. Y cuando se trata de figuras como Juan Soto, la expectativa es tan alta que cualquier sombra de duda se convierte en tormenta. Hoy, el nombre del toletero dominicano vuelve al centro del debate: ¿está jugando con presión? ¿Se habrá arrepentido de haber firmado con los Mets de Nueva York? ¿O hay algo más que el público no sabe?

Lo cierto es que Juan Soto, el mismo que desde su debut fue etiquetado como “la próxima superestrella”, no está rindiendo al nivel que muchos esperaban en esta etapa de su carrera. Con un contrato millonario que lo convierte en el jugador mejor pagado de la MLB en este momento, las expectativas eran sencillas: batear, producir, ganar. Pero, lamentablemente, eso no es lo que se está viendo en el terreno.

Sus números, aunque no catastróficos, están lejos del Juan Soto dominante que conocimos en Washington, en San Diego y con los Yanques de Nueva York, aún mostraba destellos de su grandeza. Hoy se ve distinto. Menos confiado, más presionado, incluso un tanto desconectado del juego. Y eso, en un jugador de su categoría, no pasa desapercibido.

Algunos analistas y fanáticos comienzan a hacerse la misma pregunta: ¿Soto está sintiendo el peso del contrato? Porque no es lo mismo jugar para ganarte el cheque, que jugar con el cheque ya en el bolsillo. Y tampoco es lo mismo jugar por una camiseta que te apasiona, que hacerlo en un equipo donde no terminas de encajar del todo.

Más aún, hay quienes aseguran que Soto pudo haberse equivocado. Que su destino natural eran los Yankees, donde su estilo, su energía y su personalidad habrían encajado como anillo al dedo en el Bronx. ¿Se habrá arrepentido de no haber aceptado aquella oferta? Solo él lo sabe. Pero en el terreno, se siente. No es el mismo.

La presión mediática, la exigencia de Nueva York, la responsabilidad de ser “el rostro de la franquicia”… todo eso suma. Y si a eso le agregamos la ansiedad de justificar cada centavo del contrato, no es difícil imaginar por qué su producción ofensiva ha bajado.

¿Es solo un bajón temporal? ¿Un ajuste mental? ¿Un entorno que no le favorece? Hay muchas preguntas en el aire y pocas respuestas claras.

Lo que sí es cierto es que Juan Soto necesita reencontrarse con su esencia. Volver a disfrutar el juego. Dejar de pensar en las cámaras, en los titulares, en los millones, y simplemente hacer lo que mejor sabe: batear.

Porque si algo está claro, es que el talento está ahí. Pero el talento, sin confianza, sin enfoque, sin motivación, a veces también se apaga.

Vamos a ver qué pasa.

Ramiro Estrella
Director ejecutivo de Apunte.com.do