Ramiro Estrella
En torno al caso de Víctor Pinales y su hija, ha surgido una controversia sobre la actitud de Gabriela Melo al no absolver a su padre y negarse a acudir al centro médico donde estuvo ingresado por 19 días, a pesar de que según se ha mencionado, el actor y comediante la invitó a través de un amigo común para que asistiera antes de su fallecimiento.
Además, Gabriela no participó en los honores fúnebres, generando con su comportamiento un debate público sobre la cuestión del perdón, que Víctor le solicitó hacer de manera pública aprovechando su presencia en una entrevista con Manolo Ozuna, en un programa de Poscap por YouTube. Pinales expresó su deseo de abrazar a su hija, pero Gabriela rechazó su solicitud. A pesar de los reiterados intentos de reconciliación, el vínculo padre-hija jamás se reparó.
Aunque Gabriela Melo ha sido criticada por su actitud de no perdonar a su padre, algunos defienden su derecho a hacerlo. En el periodismo se enseña a escuchar todas las perspectivas, es decir, todas las partes involucradas, lo que permite realizar una valoración más objetiva y cercana a la verdad.
Para obtener una visión completa de los hechos, es crucial escuchar las versiones de Gabriela Melo y de su madre. Cualquier juicio o análisis que se realice sin conocer los puntos de vista de todos los involucrados podría ser sesgado y no basarse en la historia real.
Antes de fallecer, Víctor Pinales dio su versión de los hechos, pero sin la voz de estas dos mujeres, la historia no sería completa, por lo que es necesario darles espacio para que puedan relatar su experiencia y su perspectiva.
Dado que Gabriela Melo creció sin apoyo económico y moral de su padre, sería injusto y poco equitativo evaluar su reacción, ni la de su propia madre, sin considerar todos los factores que pueden haber influido en su comportamiento. Es necesario comprender todo en su contexto.
Es importante ponerse en sus zapatos para conocer el dolor que pudo haber experimentado. No se sabe realmente lo que le pudo haber inculcado su madre en contra de Víctor Pinales, que la haya llevado a endurecer tanto su corazón.
En última instancia, la falta de comprensión de las circunstancias que llevaron a Gabriela Melo a tomar la decisión de no perdonar a su padre podría privar de empatía a quienes juzgan su accionar. ¿Qué dolor habrá experimentado ella durante su vida que la llevó a endurecer tanto su corazón?
Mientras respetamos el derecho de Gabriela Melo a no perdonar a su padre, hay que destacar que el perdón tiene un gran significado en la enseñanza divina y en la propia vida. El acto de perdonar no solo permite a quien lo ejecuta encontrar paz, sino que también le brinda la oportunidad de liberarse del dolor y el rencor, elementos que no benefician a nadie.
El autor es periodista y estudiante de Derecho
