Santo Domingo, RD.- (Publicado por Ramiro Estrella, Apunte.com.do). El conjunto de las Aguilas Cibaeñas, bautizado en forma jocosa por Tony Peña, como el equipo de "enanos", al momento de ser designado dirigente, no encuentra la forma de ganar partido.

El lunes el equipo fue derrotado 9-1 por los Leones del Escogido en un partido celebrado en el estadio Cibao, de Santiago. Las Aguilas ocupa la última posición, ahora con un ingrediente interno por lo sucedido con su jugador Jonathan Villar, que fue sacado del partido por el dirigente luego de hacer poco esfuerzo en atrapar una jugada de faul. El jugador tomó sus pertenencias y abandonó el equipo, pidiendo "respeto".

Mejor lo digo en forma de verso:

En el terruño del béisbol dominicano, 
las Aguilas vuelan con desgano.
Su dirigente Tony Peña, con gran decoro,
parece que jugaran en un mundo paralelo.

En el terreno, los "enanos" se baten,
las Aguila Cibaeñas, ¡oh, qué desastre!
Pierden por picheo, pierden por bateo,
por falta de ofensiva, el sufrimiento es pleno.

En la LIDOM, un carnaval de victorias, 
todos celebran, menos las Aguilas, ¡vaya historia!
Otros equipos surcan rachas triunfales,
mientras ellos, en el sótano, cosechan males.

Dieciséis derrotas, como un lastre pesado,
las Aguilas Cibaeñas, en un bache hundido.
Tony Peña desesperado con ceño fruncido, 
su equipo solo sabe perder, ¡qué desastre!

Jhonatan Villar, en un acto poco heroico,
no se esforzó mucho, algo casi cómico, en 
un batazo de faul, en el estadio Cibao, ante 
Leones del Escogido, la derrota fue feroz y 
el resultado fue temido.

Tony Peña sacó a Villar de la alineación sin 
contemplación en busca  de redención.
El jugador motetes en manos, dio un paso al 
costado, abandonando el equipo y pidiendo 
respeto, en su orgullo resguardado.
 
Las Aguilas, en el último lugar se hunden,
9-1 fue el marcador, los sueños se confunden.
En el torneo de béisbol, un trágico desenlace,
las risas y bromas rodean, ¡qué situación tan audaz!

Pero en el corazón del fanático persiste la esperanza,
de que las Aguilas resurjan con fuerza y bonanza.
Que el humor del béisbol, como un buen aliado,
les dé fuerzas para superar este trago amargo y desenfrenado.

De lo contrario solo hay que esperar a un nuevo octubre.