La narrativa mental conduce a la infelicidad tanto como a la felicidad. ''Una 'persona' es tan infeliz tanto como se haya convencido de que lo es.'' Con esta aseveración el filoso Seneca establece el origen mental de nuestra infelicidad. Todo se origina primero en la mente y luego se transporta a la realidad, incluyendo nuestros sufrimientos. Nos quejamos de eventos, situaciones y experiencias que sucedieron en el pasado. Como una máquina de embotellamiento, constantemente repetimos el impacto negativo de los hechos y creamos una narrativa pesimista, la cual nos induce a la infelicidad. 

Ocurre de la siguiente manera, ''Yo he pasado tantas cosas. Me han herido tanto que yo no sé ni como lo he superado. ¡Cuántas veces me he caído y levantado! No creo que alguien haya sufrido tanto como yo. La he pasado bien difícil. La vida no ha sido fácil para mí. ¡He luchado tanto! Nadie se puede imaginar cuanto he sufrido.'' Estoy seguro de que ustedes han escuchado estas exclamaciones frecuentemente. O, talvez en ciertos momentos de su vida la han dicho, como yo lo he hecho también. Con este tipo de narrativa no es sorpresa que la infelicidad habite en la mente de alguien comúnmente las repitas. La persona transmite un ominoso y misterioso aura o vibra de negatividad e infelicidad, la cual cubre todo un cielo nocturno, oscuro, sin luz. Es una cueva profunda de infelicidad. Por eso muchos recurren a la euforia temporal producida por el alcohol, el sexo, el juego, la diversión y demás vicios tratando de escaparse de su infelicidad. El alivio, sin embargo, es pasajero porque no se puede escapar de quien uno es por cómo piensa.

La narrativa pesimista se puede cambiar, con esfuerzo, a una narrativa optimista. Uno se esfuerza en desprenderse del pasado. No tiene ninguna utilidad darle importancia y arrastrar como una cadena con una bola de hierro atada al pie, cosas que ya pasaron. Son historias pasadas y no se pueden cambiar. Pero si se puede cambiar como uno las piensas. Se es infeliz muchas veces cuando en la mente repetimos esas películas negativas. Debemos convencernos a través de la repetición y la imaginación mental la inutilidad de cosas pasadas, que nos hicieron infelices una vez, de que no nos hagan infelices en el presente. Que el fuego que nos envolvió entonces, no nos siga quemando ahora. Que nuestras caras brillen con la alegría y el alivio al dejar ir el pasado y vivir en el presente.