No se valora a una persona por su forma de vestir, su posición social o económica, mucho menos por su belleza. Es como ir a comprar un automóvil y examinar bien la carrocería y las gomas, sin examinar la parte mecánica: el motor y la transmisión. Solamente el imbécil valora a los demás mirando lo exterior; las ropas, el look, el flow, sus prendas, el carro, sus pertenencias o su trabajo. Tampoco se valora su autodenominación. Cuando alguien pregona como él o ella es, hay que prestarle cuidado porque puedes ser totalmente lo opuesto a su pregón. Es como el pavo real; abriendo su plumaje para atraer a las féminas. Su intención es solo tener sexo.

Estas personas son esclavas de sus deseos y emociones y por eso uno se debe alejar de ellas. Muchos son esclavos del sexo. Andan en una búsqueda constante de presas sexuales. Después de satisfacer sus deseos, se marchan en búsqueda de otras víctimas. Otros son esclavos de la ambición. Nunca satisfecho con lo que tienen, siempre buscan tener más de lo que apetecen. Son reyes Midas; por más oro, estatus, o posición siempre necesitan mas para poder calmar su miseria interior. Pero, tener más jamás es suficiente. Nuestros temores, miedos y esperanzas también nos esclavizan. Vivimos en una zozobra constante evitando todo aquello que nos causa miedo para no sentir dolor. Muchas personas poderosas son esclavas de sus conyugues. Ricos siendo esclavos de sus amantes. Y así vamos por el mundo hoy en día valorando lo superficial, lo externo, la decoración; imponiéndonos la peor esclavitud que puedes existir: la esclavitud “autoimpuesta.” Nos esclavizamos servilmente a nuestros deseos y emociones por lo externo. En lugar de valorar lo interno, valorar el CARÁCTER.

Es el carácter lo que debemos evaluar en los demás, las cualidades de la persona, tal como sus valores. La integridad, el respeto, la decencia y la honestidad están en la cumbre de la pirámide de la personalidad. Ser integro, por ejemplo, es una cualidad importantísima, ya que la persona actúa como piensa. No es falsa. Hace siempre lo que dices que vas a hacer. No dice algo y actúa diferente. Si dice ser honesta, actúa de forma honesta en toda ocasión. No elige cuándo ser honesto, ni con quien. En mi oficina yo tenía escrito en la pared, frente a mi escritorio, la frase “Always do, what you say you are going to do.” Esta frase me mantenía anclado a mi integridad. Y era muy buena para establecer credibilidad. Al escoger a alguien, ya sea como líder, empleado, amistad o pareja, elige por el carácter y nunca por lo que ves en el exterior. Lo exterior, lo más probable, es solo una pantalla. Una pantalla popular, una película, y terminara decepcionad@. Simplemente, escoge por el carácter y no por lo que ves.

Como el líder de una de las mejores instituciones académicas en los estados unidos, escogía mis asistentes, lideres de equipos y profesores por su carácter. No los escogía jamás por su talento. El talento suele ser engañoso. El carácter raramente engaña, no se puede fingir por mucho tiempo. Sidney, mi asistente por muchos años, no me decepciono. Como tampoco me decepcionaron Rickey, Sheldon, Elbiezta and Colleen. Personas de carácter y con valores. Conozco muchas personas, pero son pocos mis amigos, no llegan a cinco, y así debe ser porque yo no compro la carroceria, yo compro la máquina. ¿Qué compra usted, valores o look?

Hector Geager
Santiago de Chile
06/16/23