Se vende puesto de embajador: así coloca EE.UU. a sus diplomáticos
Los nombramientos políticos monopolizan las jugosas embajadas en capitales europeas como Londres, París, Roma o Madrid, así como buena parte de las del Caribe


En el recién estrenado drama político "The Diplomat", de Netflix, una empleada le pregunta al esposo de la nueva embajadora de Estados Unidos en el Reino Unido, Kate Wyler, que cuándo llegarán a Londres las obras de arte del matrimonio para decorar la residencia oficial, pero su repuesta la deja estupefacta.

"Kate es una funcionaria de carrera, no un nombramiento político", le explica Hal Wyler. A diferencia de su antecesor, quien logró el cargo de embajador por haber aportado dos millones de dólares a la campaña electoral del presidente, lo que ella tiene es "experiencia en zonas de conflicto, no obras de arte", añade el marido.

La escena, que parece una simple anécdota, refleja una tónica habitual tras las bambalinas del poder en Washington.
Cerca del 30 % de las embajadas de Estados Unidos no están dirigidas por diplomáticos de carrera, sino por los llamados nombramientos políticos, que son amigos personales del presidente de turno, ex altos funcionarios o, en su mayoría, acaudalados donantes de la campaña presidencial.

"Son personas que ayudaron al presidente a resultar electo y su premio es ser nombrado con el título de embajador", explica a EFE Dennis Jett, un reputado diplomático estadounidense de carrera que ha servido como embajador en Mozambique y en Perú.

Los nombramientos políticos monopolizan las jugosas embajadas en capitales europeas como Londres, París, Roma o Madrid, así como buena parte de las de El Caribe.

En cambio, la mayoría de embajadas en Asia Central, África o América Latina están a cargo de diplomáticos de carrera, personas que pasan décadas ascendiendo en los rangos de la Administración para lograr un puesto de embajador.

Muchos países tienen algunos embajadores sin experiencia en política exterior, pero no es habitual que se den a cambio de dinero.

"Es un caso único el de un país que vende el título de embajador. Ningún país tiene un sistema donde hay un mercado. Para ser embajador en Londres, se habla de millones de dólares", cuenta el embajador Jett, también autor del libro "American Ambassadors".

Apenas la semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, nominó a Jack Markell, exgobernador de Delaware (estado donde el mandatario tiene su residencia privada), como embajador en Italia, un cargo vacante desde 2021, tras meses de rumores de que nadie había pagado el alto precio que cuesta ir a Roma.