El comunicador Ramón Cabral asegura que una reelección presidencial no se gana ni por la suerte ni por accidente, sino por la suma de varios factores, objetivos y subjetivos, lo que reúne actualmente el presidente Luis Abinader, en caso de que aspire a mantenerse en la posición, favorecido además por haber mantenido activada la economía, pese haber encontrado un país sumido en una profunda crisis generada por el covid-19.

"Ningún presidente gana una reelección por el simple hecho de lanzarse, para lograr su propósito tiene que reunir a su alrededor un conjunto amplio de elementos (coyunturas y circunstancias) favorables, algunos de los cuales tendrán que ser principales, determinantes y decisivos para poder salir airoso en un segundo lanzamiento presidencial", asegura el también profesor y ajedrecista en una artículo de opinión publicado en medios de comunicación y redes sociales.

 

Artículo de Ramón Cabral que publicamos libremente

¿Cómo se gana una reelección presidencial?

Una reelección presidencial no se gana ni por la suerte ni por accidente, sino por la suma de varios factores favorables, tanto objetivos como subjetivos. Y algunos de esos factores tienen, a su vez, importantes y decisivos efectos multiplicadores en el desenlace final.

Pero antes veamos una precisión importante. Hemos dicho que cuando un aspirante se lanza por primera vez se está postulando, y si gana entonces ha sido electo.

Si siendo presidente se lanza de nuevo, entonces se esta repostulando y si es escogido de nuevo, entonces ha sido reelecto.

En nuestro país cuando un presidente aspira de nuevo se habla de “reelección”, olvidando que este concepto solo debería ser usado cuando ya ha sido escogido mayoritariamente de nuevo en las urnas, no cuando se lanza. Y como todo el mundo habla de “reelección”, en este artículo haré lo mismo.

En nuestro país, casi todos los presidentes se han lanzado a una reelección y la mayoría la han ganado.

Ahora bien, ¿cómo se puede ganar una reelección? A mi juicio se gana con la conjugación de varios factores circunstanciales y, sobre todo, coyunturales, tanto objetivos como subjetivos.

Ningún presidente gana una reelección por el simple hecho de lanzarse, para lograr su propósito tiene que reunir a su alrededor un conjunto amplio de elementos (coyunturas y circunstancias) favorables, algunos de los cuales tendrán que ser principales, determinantes y decisivos para poder salir airoso en un segundo lanzamiento presidencial.

Una reelección, como todo fenómeno y proceso social, en su trayectoria pasa por momentos favorables, desfavorables, buenos, malos y coyunturales.

Entonces, si no lograr aglutinar en su alrededor y aprovechar esos factores coyunturales, no saldría airoso.

Una coyuntura, en términos teóricos, es un momento determinado del desarrollo de un proceso social donde las condiciones sociales, económicas, políticas, materiales, el flujo y reflujo y la correlación de fuerzas de los actores sociales juegan un papel activo.

Otros teóricos afirman que la coyuntura es la combinación de factores y circunstancias que, para la decisión de un asunto importante, se presenta en una acción”.

Lo repetimos, en el ámbito político, la coyuntura es el conjunto de factores y circunstancias que concurren, en un momento determinado, a crear una situación propicia o adversa para tomar una decisión o asumir una acción de orden público.

Claro está, en una coyuntura hay que tomar en cuenta la situación de los sectores y actores sociales, la correlación de las fuerzas sociales y políticas de los actores actuantes, la situación económica, social y política de la sociedad en ese momento coyuntural determinado, así como el flujo y reflujo de las fuerzas políticas

He mencionado el flujo y el reflujo, porque estos conceptos, dentro de la coyuntura política, unidos al de correlación de fuerza, son de vital importancia al momento de analizar una situación, un momento, un movimiento o un proceso político/electoral determinado.

Cuando nos referimos al concepto flujo, en los procesos sociales y políticos, lo que queremos decir es que una fuerza política está activa, en alta, en auge y en efervescencia, masiva o abundante.

El concepto reflujo, muy contrario al anterior, se usa para referirse al movimiento de descenso de la marea. Significa también, el retroceso de una actividad o una tendencia.

En las actividades de los movimientos y partidos el flujo se usa para indicar que están calando en el seno de los votantes, apoyados y aceptados por los ciudadanos.

Contrario ocurre cuando los partidos están en reflujo, porque cuando están así, es porque se encuentran en descenso, en baja, no están siendo aceptados ni apoyados por las masas o por los votantes. Una fuerza o conjuntos de fuerzas políticas pueden pasar de una situación de flujo a reflujo y viceversa. Ascendiendo o descendiendo.

Tanto el flujo como el reflujo (el ascenso y descenso)  en un proceso social, dependen en gran medida de cómo esté la situación social, económica y, sobre todo, política en un momento determinado del desarrollo de un proceso.

Es decir, que ambas condiciones pueden variar de un momento a otro debido al cambio lento o repentino que se pueda producir a nivel de los diferentes estamentos sociales y variar, también, por los movimientos que se puedan producir a lo interno de los mismos partidos políticos. O sea, en la variación de la coyuntura política.

A mi entender, esto es precisamente lo que le ha pasado al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en estos momentos, está pasando por una situación de reflujo y descenso, por las renuncias de muchos dirigentes y simpatizantes y por los sometimientos judiciales que les han hecho a algunos de sus más connotados dirigentes y ex altos funcionarios.

Contrario al PLD, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y sus aliados están pasando por una situación de flujo, de crecimiento y de auge político, por estar en el poder, lo que quiérase o no, se convierte en una enorme ventaja en términos políticos y, sobre todo, electorales. Pero también está de por medio la parte económica. Desde el Poder siempre hay más recurso para la inversión en política.

Veamos, además, lo siguiente: Las autoridades locales y organismos internacionales esperan para la República Dominica, ´para este año 2023, un crecimiento equivalente al 4.5%. Esto explicado por el aporte de sectores productivos, tales como, los servicios y las industrias. Cabe destacar, que este crecimiento a pesar de ser menor que el experimentado en 2021, se ubica cercano al PIB potencial de la economía.

En términos generales, la inflación y el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania explican en gran proporción esta desaceleración y posible recesión a nivel mundial.

Otra muestra de la posible recesión económica y del impacto de la crisis en Ucrania, es la desaceleración del comercio mundial. Esta desaceleración manifiesta principalmente la disminución de la producción mundial, respondiendo a las limitaciones en la cadena de suministros por presiones inflacionarias elevadas, y el endurecimiento de las políticas monetarias a nivel mundial, conllevando a una disminución de la demanda de bienes. Otro factor importante es la reducción de la actividad económica China debido a los rebrotes de Covid-19, la crisis del sector inmobiliario y la apreciación expuesta por el dólar, factores que refrenan aún más el comercio mundial.

No obstante, se observa una relativa mejora en las condiciones del mercado laboral, proyectándose una disminución en el nivel de desempleo en el 2022 para economías como Estados Unidos y la Zona Euro.

SERIA BUENO SOLO HABLAR DE LO QUE SERÁ EN EL 2023, LO QUE REPRESENTARÍA PARA UN GOBIERNO EN EL PODE GANAR UNAS ELECCIONES

Por su parte, se espera que la tasa de desempleo en República Dominicana se posicione en 6.4% al cierre de 2022 y en 6.4%  para el 2023; una importante disminución respecto al 7.4% exhibido en 2021.

En sentido general, existen desafíos que pueden vulnerar estas perspectivas, entre los cuales se destacan: la posible inefectividad de la política monetaria en reducir la inflación, una mayor apreciación del dólar y tensiones trasfronterizas debido a las divergencias políticas de las economías más grandes y el posible sobreendeudamiento de los mercados emergentes a causa del endurecimiento de las condiciones financieras.

Pero a la reelección la favorece, además, el hecho de que en el país la economía está activada, ya que las empresas en sentido general están produciendo a todo vapor, el comercio, en todas sus vertientes,  a pesar de los altos precios, está totalmente activado, tales como los colmados, supermercados, almacenes, surtidoras, las tiendas, las ferreterías, las farmacias, etc., los cuales lucen casi totalmente abarrotados las rutas de transportes (guaguas, carros, taxis, Uber), tanto urbanas como del interior del país están en plena acción.

Hasta el momento en el país no tenemos noticias sobre quiebra de empresas y de entidades comerciales, lo que constituye un factor muy favorable para la reelección presidencial.

No se ha producido la escasez de ningún producto de la llamada canasta familiar, ninguna crisis de orden social, económica y política. El país está marchando por sendero de tranquilidad social.

No nos cansaremos de decir que otro de los aspectos más favorable que tiene el proyecto reeleccionista a su favor, si finalmente el presidente Luis Abinader aspira de nuevo, lo es la transparencia predominante en todo el accionar de las instituciones gubernamentales en la presente gestión gubernamental.

Cada vez que ha sonado un desafuero de cualquier funcionario, inmediatamente ha intervenido el presidente Luis Abinader, poniéndole costo inmediato, con la cancelación de todo el funcionario que se ha ya atrevido a violar esa sagrada disposición del presidente Abinader.

Y esa transparencia que ha permeado a nivel gubernamental sería otro factor decisivo para el triunfo de la reelección

Hay otro factor importantísimo. La lucha del presente Gobierno en la persecución de los actos de corrupción cometidos por funcionarios de la pasada administración gubernamental, los cuales están siendo investigados, acusado y procesado por el ministerio público.

De manera que la presente gestión gubernamental ha lucha contra la corrupción y contra la impunidad, como una prueba fehaciente de su actitud transparente en el manejo de los recursos estatales.

Las cosas ya empiezan a cambiar en nuestro país y no son como antes, tenemos pasos inequívocos que nos ponen de manifiesto de que desde la Presidencia de la República existe la clara voluntad de no permitir la corrupción, la impunidad, ni ningún tipo de anomalía por parte de los funcionarios.

Desde hace muchos años he reiterado que me conformaba con un gobierno decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto y honrado. Ese gobierno está cumpliendo con todo eso.

La presente administración gubernamental ha contribuido significativamente en la mejoría de las condiciones materiales y de las condiciones de existencia de la población dominicana, gracias a su magnifica obra de gobierno si tomamos en cuenta los estragos que produjo la pandemia y de la funesta guerra en Ucrania en la República Dominicana.

Estoy con la reelección porque considero que es lo que más la conviene a nuestro país en la presente coyuntura.

El presidente de turno necesita y merece cuatro años más para poder culminar con los importantes planes que tiene para nuestro país.

Las encuestas que se han hecho sobre la intención de los votantes dominicanos, todas a favor del proyecto reeleccionista, dan cuenta del importante y decisivo respaldo con que cuenta el presidente Luis Abinader.

Vivimos en una nación con atrasos sociales y económicos, con muchas dificultades, con múltiples problemas, con viejas y nuevas necesidades que todavía no hemos podido resolver a pesar de los enormes recursos invertidos y los enormes esfuerzos realizado. Se trata de una nación que todavía no ha alcanzado el tan anhelado desarrollo económico. Un país con mucha pobreza extrema.

Una nación donde se vive en democracia, con una población de más de 10 millones de personas, donde una gran parte no puede disfrutar de este sistema, porque solo ha beneficiado a los de arribas, a los más pudientes, donde los más necesitados y empobrecidos no han tenido la atención que merecen.

Sin embargo, a pesar de nuestros problemas, del pasado y del presente, todos desearíamos tener un “un país bueno”, en el sentido largo y ancho de la palabra, que nos permita vivir como seres humanos. Todos estamos compelidos a luchar por ese mejor país.

Es verdad que queremos un país bueno, sin violencia, sin narcotráfico, sin delincuencia, sin pobreza extrema, sin hambruna, con mucha salud, con una educación sólida, con viviendas y empleos, mismo que una correcta aplicación de la justicia

Es justo precisar aquí, que para el año 2019, el país se encaminaba a cumplir la meta de alcanzar el estatus de alto ingreso para 2030.

Sin embargo, el impacto global que supuso la pandemia de COVID-19 afectó de forma significativa la economía de la República Dominicana, provocando en el segundo trimestre de 2020 una aguda contracción en todos los sectores críticos.

La pandemia de COVID-19 empujó a la RD a su primera recesión en casi 17 años. Para el último cuatrimestre de 2020, se perdieron desde marzo unos 191,273 puestos de trabajo, con repercusiones muy negativas sobre los hogares pobres, las mujeres y los trabajadores informales.

Ahora bien, la lucha por la mejoría total debe seguir, el país puede ser mejor del que tenemos, siempre y cuando empecemos ahora, a tiempo, porque mañana podría ser tarde.

Debemos empezar ahora a luchar por una sociedad donde podamos generar nuestros auténticos valores espirituales y materiales para el beneficio de todos.

Para concluir que el buen manejo de la economía del presidente Abinader, a pesar de encontrar un país paralizado por una pandemia, el mantenimiento de un turismo sostenido por el que anualmente el Gobierno recibe millones de turistas que dejan grandes dividendos a nuestra economía, el flujo de remesas, entre otros factores, garantizarían un triunfo de Luis Abinader en los venideros comicios, si finalmente éste decide aspirar.

A mi entender, todas las condiciones sociales, políticas y económicas están dadas para el triunfo del proyecto reeleccionista.