Para poner a prueba los conocimientos, los cálculos de King se han hecho con una cabeza nuclear de un megatón contra un meteorito de 100 metros de ancho que tiene cierta probabilidad de impactar contra la Tierra, teniendo en cuenta que se han hecho con una antelación de seis meses.

Redacción Internacional.- Un físico de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), ha pensado en la idea hacer volar por los aires un meteorito que esté en ruta de colisión contra la Tierra. Patrick King, explica que, en términos científicos, la disrupción se utiliza para hacer referencia a lo que sería bombardear a un asteroide con fuerza, mientras que la deflexión consiste en sufrir un impacto.

 

Por consiguiente, la NASA va a iniciar la misión DART (Double Asteroid Redirection Test) en noviembre para golpear a aquellos meteoritos que vayan a tener un pequeño impacto sobre los asteroides, de esta manera, no se desviarían de sus órbitas. El problema es que la deflexión no tiene la suficiente fuerza porque solo llegaría a producir un leve golpe a un meteorito.

Para llegar a pararlos se necesitaría bastante tiempo de preparación para poder lanzar el interceptor a tiempo con el objetivo de que el meteorito se desvíe hacia otra dirección. Puede parecer increíble, pero King ha estudiado un caso opuesto al que acabamos de mencionar porque sería posible adaptar un misil nuclear para que saliese volando por los aires.

El científico explicó a Science Alert que “el gran problema de la disrupción de un meteorito es que necesitas un modelo que calcule las órbitas de todos los fragmentos. Eso es mucho más complicado que calcular una simple deflexión".

Sin embargo sostiene que, "necesitamos hacer esos cálculos y valorar el reto si queremos considerar la disrupción como una posible estrategia”.

Para poner a prueba los conocimientos, los cálculos de King se han hecho con una cabeza nuclear de un megatón contra un meteorito de 100 metros de ancho que tiene cierta probabilidad de impactar contra la Tierra, teniendo en cuenta que se han hecho con una antelación de seis meses.

Después, usaron el software ‘Spheral’ para averiguar a dónde habían ido a parar los fragmentos. Esperemos que dicha idea nos pueda salvar de los posibles meteoritos que vayan en dirección hacia nuestro planeta.