Política y Algo Más

La esperanza fue lo único que quedó cuando Pandora abrió la caja donde estaban todos los encantos, de ahí viene el refrán que dice que la esperanza es lo último que se pierde.
Es posible que todavía seamos muchos los dominicanos que aún creemos en la esperanza de rescatar nuestra nación para poder encauzarnos por mejores caminos si de verdad queremos llegar a buenos puertos.
En estos tiempos es una necesidad imperiosa revivir la esperanza en nuestra nación, si partimos del hecho cierto de que estamos viviendo momentos difíciles por inseguridad y de múltiples incertidumbres que han afectado de manera asombrosas el diario vivir de la mayoría de dominicanos.
Revivir la esperanza en nuestro país implica el reto a trabajar seria y asiduamente en el presente, ahora que todavía podemos, corrigiendo los entuertos y las verdaderas causas que han provocado todas las pifias que lamentablemente hemos cometido a lo largo de muchos años
Revivir la esperanza implica un llamado serio a las presentes generaciones de hombres y de mujeres, sobre todo, a los jóvenes del presente, para que empecemos a trabajar desde ya en las correcciones de las causas fundamentales que han originado tantos males económicos, políticos y sociales en nuestra nación, con la finalidad expresa de ir creando las bases fundamentes de un mejor futuro,
Es como han planteado algunos teóricos de la materia, de lo que se trata es de rehacer la cultura de la esperanza, reconstruirla, cultivarla, relanzarla, asumiendo con dignidad y responsabilidad todos los roles que nos toquen jugar y los roles que nos impongan las necesidades fundamentales de los sectores más empobrecidos y necesitados de nuestra sociedad, pues de lo contrario los niños de hoy no tendrían un futuro seguro.
Para nadie es un secreto que la clase política en nuestro país no ha obrado de buena manera, ha tenido grandes desaciertos y ha sido, quiérase o no, la culpable y la causante del crecimiento vertiginoso de la mayoría de nuestros problemas y males sociales que hoy por hoy nos agobian.
Nuestra clase política ha sido demagógica, históricamente, ya que desde la oposición le ha vendido falsas esperanzas, muchas promesas y muchos sueños a los hombres y mujeres de nuestra nación, cosas que son olvidada inmediatamente han llegado al Palacio Nacional.
Claro está, la esperanza de muchos dominicanos se ha ido perdiendo debido a que la tónica de nuestra clase política ha sido la corrupción administrativa, el enriquecimiento ilícito y el robo del erario, lo que se ha convertido en malos ejemplos para las generaciones de jóvenes.
Para revivir la esperanza es necesario crear la necesaria confianza y ee corresponde al PRM y Luis Abinader obrar con pulcritud y con decisión si queremos revivir esa esperanza.