Investigadores llevaron a cabo un estudio en República Checa para responder a esta incógnita. El resultado podría justificar la creencia de que las mujeres son más difíciles de leer que los hombres.

La investigación sugiere que sí es posible averiguar el grado de inteligencia de un hombre por la forma de su cara, ¡y basta con mirarlo una sola vez! El estudio también determinó que esta lectura del coeficiente a través de la configuración facial de las personas no puede ser realizada en mujeres Culturizando.com nos da el método.

Método y resultado
El estudio, que tiene entre sus organizadores principales al profesor Karel Kleisner (de la universidad de Charles – Praga), contó con la participación de 160 estudiantes voluntarios, repartidos entre ambos sexos.

Estos participantes tuvieron que observar por un momento fotos de rostros (40 de hombres y 40 de mujeres). Seguidamente, los voluntarios debían especular sobre el grado de inteligencia del retratado.

El resultado fue que en el caso de las fotos masculinas, las presunciones de los estudiantes fueron de aproximadas a exactas. Con los retratos de mujeres, en cambio, las estimaciones fallaron.

Análisis de la muestra
Empleando morfometría geométrica en las fotos, los investigadores comprobaron que la gente asocia un bajo coeficiente con rostros de barbillas más cuadradas y ojos muy juntos.

Por otro lado, la inteligencia alta estaría relacionada con rostros más alargados y redondos, de narices más grandes, y ojos con una separación mediana.

A su vez, los investigadores manejaron varias hipótesis con respecto a por qué las estimaciones no pudieron acertar con el grado de inteligencia de las mujeres. Futuras investigaciones determinarán qué posibilidad es la correcta. Las tres hipótesis principales son:

1. Que el cerebro se concentra primero en procesar el atractivo del rostro femenino.

2. Pudiera ser que los signos del coeficiente solo resulten evidentes en rostros masculinos.

3. Que la evolución haya hecho de la capacidad para valorar la inteligencia del sexo opuesto una característica específica de las mujeres.