¿Sabías que puedes prevenir la cistitis cambiando algunos hábitos rutinarios?

Aunque quizá lo ignoras, el estilo de vida y algunos cuidados básicos son determinantes para evitar este tipo de infecciones.

Te damos algunos consejos.

Con la llegada del verano, somos más propensos a padecer infecciones urinarias.

La cistitis es una afección de las vías urinarias que da lugar a situaciones incómodas que dificultan la realización de nuestras actividades cotidianas por la necesidad imperiosa que existe de ir al baño, además del ardor que se produce al orinar.

El término médico "cistitis" hace referencia a la inflamación de la vejiga causada, en la mayoría de las ocasiones, por una infección microbiana.

Parece ser un problema típicamente para mujeres, pues el porcentaje de afectadas por esta condición de salud es mucho más alto que el de hombres.

De hecho, 1 de cada 2 mujeres sufrirá cistitis una vez en la vida, mientras que la estimación en hombres es 1 de cada 10, pero en cualquier caso, lo idóneo es saber identificar sus síntomas y adoptar medidas preventivas.

¡Tenlo en cuenta!

¿Cómo se si padezco cistitis?

Los síntomas de la cistitis pueden variar en cada paciente, en función de la severidad de la infección. Sin embargo, con frecuencia se dan algunas manifestaciones clínicas generales que permiten su identificación. Algunas de estas son:

Necesidad imperiosa y constante de orinar
Sensación de ardor al orinar
Orinar frecuentemente y poco volúmen
Orina de coloración turbia y olor desagradable
Molestias alrededor de la pelvis
Sensación de presión en la parte baja del abdómen
Pueden aparecer picos febriles

Acude al médico si existe:

Dolor en la espalda
Fiebre y escalofríos
Náuseas y vómitos
Hematuria o sangre en orina

¿Por qué se produce la cistitis?
Para prevenir la cistitis, es necesario saber cuáles son las causas que la originan.

En función del factor desencadenante, la cistitis puede ser clasificada en:

Cistitis bacteriana
Es la causa más frecuente. Este tipo de infección se da cuando bacterias que se encuentran normalmente fuera de las vías urinarias ingresan en ellas a través de la uretra. En la mayoría de las ocasiones la bacteria causante de cistitis es Escherichia coli (E. Coli), por ejemplo, tras haber mantenido relaciones sexuales.

Cistitis no infecciosa
Existen también factores no infecciosos que pueden hacer que se inflame la vejiga:

Cistitis intersticial o crónica: también conocida como «síndrome de vejiga dolorosa». La afección puede ser difícil de diagnosticar y tratar.

Medicamentos: Los medicamentos quimioterápicos como la ciclofosfamida e ifosfamida, pueden producir inflamación de la vejiga cuando sus metabolitos son expulsados del organismo.

Productos químicos: Aparece como consecuencia de hipersensibilidad a sustancias químicas presentes en baños de espuma, aerosoles de higiene íntima femenina o geles espermicidas.

Cuerpos extraños: el uso prolongado de un catéter o sondas vesicales puede originar daños en el tejido de la vejiga y dar lugar a infecciones bacterianas.

Otras afecciones: se da cuando la cistitis aparece como una complicación de otros trastornos, como la diabetes, los cálculos renales, el agrandamiento de la próstata o las lesiones de la médula espinal.
El tratamiento de la cistitis se basa fundamentalmente en la administración de antibióticos, aunque también existen algunos remedios naturales para aliviar los molestos síntomas.

Cambios en tus hábitos diarios para prevenir la cistitis
A veces prevenir infecciones es tan sencillo como introducir algunos cambios en tu rutina diaria. Se ha demostrado que además de tener una potente acción antioxidante, el arándano rojo ayuda a la prevención de infecciones urinarias.

Estas propiedades se atribuyen a su alto contenido en proantocianidinas (PAC), un grupo de polisacáridos que inhibe la actividad de la bacteria E. Coli, impidiendo su adhesión a las células del tracto urinario.

El consumo de este fruto sería, por tanto, una medida útil para incorporar en los hábitos cotidianos para prevenir la cistitis. Asimismo, resulta importante tener en cuenta otras consideraciones en la rutina diaria:

Bebe abundante líquido, preferiblemente agua. Esto ayuda a arrastrar bacterias presentes en la vejiga y arrastrarlas en la orina.

Orina con frecuencia; no retrases ir al baño por pereza cuando sientas la necesidad de orinar.
No permanezcas mucho tiempo con la ropa mojada cuando vuelvas de la playa o la piscina.
Sécate de adelante hacia atrás después de evacuar. Esto evita que las bacterias de la región anal se extiendan a la vagina y consiguientemente, la aparición de infecciones.

Lava suavemente la piel que rodea la vagina y el ano. Evita jabones agresivos para no irritar la zona.
Intenta vaciar la vejiga lo antes posible después de mantener relaciones sexuales. Esto ayuda a eliminar las posibles bacterias.

Evita el uso de desodorantes en aerosol o productos femeninos en la zona genital. Estos productos pueden resultar irritantes.

Mantén una alimentación equilbrada que proteja tu vejiga frente a infecciones.

En conclusión, para prevenir la cistitis…

Es conveniente hacer algunos cambios en cuanto a la higiene, los hábitos de micción y la alimentación. Las probabilidades de sufrir una infección se reducen adoptando pautas y medidas preventivas fácilmente aplicables en el día a día.

Fuente: Mejor con Salud