Santo Domingo, República Dominicana.- El pasado domingo la ganadora de Nuestra Belleza Latina VIP 2015, confirmó un secreto a voces: había iniciado su proceso de divorcio con su esposo Rocky, recibiendo el apoyo de muchas personas a través de las redes sociales.
SIn embargo, el “cuchicheo y las malas lenguas” de otros, insinúan otra cosa.
Y ciertamente que la presentadora dominicana al anunciar lo de su divorcio adelantó que le preocupaba mucho que fuera juzgada por haber tomado esta decisión.
Pero, hay algunas interrogantes que han quedado sin respuestas, ¿qué hay detrás de la separación de Francisca Lachapel? ¿Qué sucedió con la pareja sonriente?
Amigos cercanos expresaron que la separación de Lachapel y Rocky, su esposo, se debió a presión que le ejercía el trabajo a la dominicana, además su obsesión de hacer las cosas bien y nunca decirle que “no” a las actividades a que era invitada.
Otra hipótesis que se maneja en los medios es que una compañía de diseño de interiores y remodelación que Rocky había abierto fueron las razones por la cual la pareja se fue alejando poco a poco.
“En un principio Rocky acompañaba a todos lados a Francisca, era como su manager, estaban siempre juntos. Él la apoyó mucho para que entrara a Nuestra Belleza Latina, y después que gano también, pero nunca se imaginaron la presión que significaba estar en la televisión, ser famosa, la exposición pública”, se comenta en círculos de la farándula.
El divorcio habría sido por un mutuo acuerdo cuando ambos se dieron cuenta de que sus vidas no tenían el mismo rumbo. Aunque, aseguró que fue una decisión muy difícil, ha habido muchas lagrimas durante el proceso, sobre todo de parte de Francisca, ya que su deseo era tener una familia para siempre y tener 3 hijos.
“Ella es muy creyente, es cristiana y nunca en su corazón pasó la posibilidad de divorciarse”, se ha dicho
Según cuentan, los compañeros de Francisca la ven triste y acongojada, mientras que Rocky está puesto para hacer su sueño crecer.
Ahora estamos en la espera de saber si Francisca se quedara con el apellido Lachapel, el cual pertenece a su esposo, o volverá a ser Méndez Montero.