En las inmediaciones de las avenidas Waverly y Washington, una peculiar bodega destaca por su nombre, alguna vez poderoso y celebrado. En los últimos días, clientes de años sugieren al propietario una identidad nueva.

El dueño de la bodega "A-Rod", Ricardo "Ricky" Rodríguez, ha tenido que soportar una lluvia de quejas y bromas por parte de clientes y amigos.

"A-Rod Grocery", localizada en el vecindario Clinton Hill, en Brooklyn, fue nombrada en honor del tercera base estelar de los Yankees de Nueva York, Alex Rodríguez. Este fue el jugador más joven en conectar 500 cuadrangulares, rompiendo el récord del célebreJimmie Foxx, en 1939, y el más joven en llegar a los 600, superando a la leyenda del béisbol Babe Ruth.

La brillante carrera del toletero se empañó al ser sancionado con una suspensión de 211 partidos por las Grandes Ligas a raíz de una investigación sobre la Clínica Biogénesis, acusada de distribuir sustancias dopantes y de la que el pelotero era cliente.

"Estamos considerando cambiar de nombre, ya no se puede con tanta bulla de los vecinos", dijo el  propietario. "Hace 12 años que la bodega se llama A-Rod, para entonces el toletero era el orgullo de los aficionados dominicanos, nadie imaginaba la ruina del astro".

Antes de llamarse A-Rod, el establecimiento con cuatro décadas en el vecindario, tenía por nombre Peña Grocery.

"Aún no sabemos qué nombre dar a la bodega, pero es un hecho que algunos clientes están que echan chispas del enojo, aunque siguen comprando aquí por nuestra historia en Clinton Hill", enfatizó el hispano, quien también fue un fiel seguidor del lanzador dominicano Pedro Martínez.

El empresario admitió su decepción por la conducta de A-Rod, pero reconoció su talento innato.

El empleado Gerardo Domínguez opinó que el exjugador de los Seattle Mariners y Texas Rangers es un mal ejemplo para los jóvenes que aspiran abrirse paso en el deporte.

"Todos los que trabajamos en esta tienda somos amantes del béisbol y creímos en la ética de A-Rod. Sin respeto por el deporte, el talento es secundario", apuntó.

El área trasera del local se caracteriza por una pequeña galería de fotos de estrellas dominicanas del béisbol. El sótano está equipado con una sala de televisión donde el comerciante y los empleados disfrutan los partidos en horas de descanso.

Opinan los clientes

Francisco Abreu, cliente del lugar, apoyó la idea de cambiar el nombre del negocio por el "honor manchado" en la historia de los prominentes jugadores de ascendencia dominicana.

"Las personas compran aquí porque la tienda es muy querida en la comunidad, pero el nombre ya no es tan querido", destacó Abreu con una sonrisa. "Los fanáticos pasan por aquí, leen A-Rod en esas grandes letras azules y se pregunta qué es esto, cómo se les ocurre".

Vecinos opinaron que el nombre de la bodega no es importante, porque Rodríguez y sus empleados se caracterizan por su amabilidad y alegría.

"En este vecindario las personas tenemos lo que A-Rod no podrá comprar con sus millones, un alto sentido del respeto y la honestidad", comentó Lourdes Gana, una fanática del béisbol.