NUEVA YORK._ Bianella Susana, una madre dominicana de  cuatro hijos y de 27 años de edad, enfrenta una condena de hasta 30 años en la cárcel por haber dejado morir a su hijo David Gallariaga de 2, después  que su otro hijo Cristian Fernández, lo hirió gravemente y ella asumió indiferencia, sentándose en su computador mientras el menor agonizaba.

El caso ocurrió en Orlando (Florida), donde la dominicana residía con sus hijos luego de llegar pequeña desde la República Dominicana.

Los fiscales, según el periódico Orlando Sentinel sostienen que la señora Susana,  cuya condena se pospuso en julio para una fecha próxima en este mes de agosto, llegó a su apartamento y vio al pequeño con profusas heridas sangrantes, pero en vez de ayudarlo o llamar inmediatamente al 911, se sentó en su computadora portátil y comenzó a navegar en Google, como si nada estuviera ocurriendo.

Además de indiferencia depravada por la vida de su hijo, ella fue acusada y se declaró culpable de complicidad en un caso de homicidio.

Como principal responsable de la muerte del niño de 2 años, fue acusado Cristian Fernández, el otro hijo de Bianella y de 12 años de edad (ahora de 14).

El se declaró culpable de homicidio y agresión con agravantes.

Los fiscales dijeron que Bianella encontró a su hijo inconsciente y esperó dos horas, antes de llevarlo al hospital Saint Luke.

Un examen de los médicos del nosocomio, reveló que el menor había sido golpeado fuertemente, probablemente como resultado de una caída brusca.

Dos días después de estar ingresado, el niño murió de un ataque en el mismo hospital y después ella mintió a los investigadores de la policía y de la Agencia de Bienestar Infantil.

"Ella dijo que estaba en el banco, que no estaba en la casa cuando el niño agonizaba y que su hijo mayor Cristian la había llamado por teléfono", declaró en la corte el detective Mechelle Soehling de la Oficina del Sheriff en Jacksonville.

El fiscal Marcos Caleil señaló que "la señora Susana no hizo nada, excepto para salvarse a sí misma". La defensa de la dominicana alegó que ella llamó a psicólogos y trabajadores sociales para que la ayudaran y que sufre de estrés post traumático, por haber tenido una vida de pobreza, abandono y violencia doméstica.

Susana parió a Cristian cuando tenía 12 años de edad y se mudó a Jacksonville para alejarse de una relación abusiva con otro hombre que no es el padre del muchacho acusado.

La psicóloga Jacqueline Brown, dijo que la dominicana vivía bajo el susto y las presiones. La barra de su defensa también arguyó que ella se sintió mal, porque llamó por ayuda para tratar de salvar al niño de 2 años, pero no consiguió apoyo y no lo hizo a propósito.

"Todos cometemos errores y algunos de nosotros cometemos errores más grandes que otros", testificó en la corte Jessica Callow, una media hermana de Susana.

Deloris Barr Weaver, director ejecutivo de la fundación que lleva su nombre, pidió al juez que no se condene a la dominicana que enfrenta hasta 30 años en la cárcel.

Representantes de grupos y organizaciones de ayuda a las mujeres, estuvieron en la audiencia en la que el magistrado pospuso la sentencia de la dominicana.

Se ofrecieron para cuidarla y supervisarla, si es dejada en libertad, garantizándole un lugar para vivir, trabajo y rehabilitación.

Luego de varias horas de testimonios, el juez James Daniel dijo que sentenciará as Susana este lunes 12 de agosto y ella podría ser condenada entre 13 a 30 años de prisión.

En febrero de este año, su hijo Cristian, fue condenado reclusión en un Centro Correccional de Menores hasta que cumpla los 19 años de edad para aplicar a libertad condicional.

Los fiscales dicen que la dominicana encubrió y protegió a su hijo Cristian, porque el muchacho "es todo su mundo" y estuvo durante cuatro horas en la computadora antes de decidirse llevar al menor al hospital.

Ella lleva dos años en la cárcel del condado Duval, no bebe ni usa drogas y tenía dos empleos para mantener a sus cuatro hijos.

En cárcel, ha escrito un diario de 100 páginas de seis capítulos en el que relata que su abuela en la República Dominicana la enseñó a hacer pasteles y su padre a nadar.

Pero raras veces veía a su madre, quien luego la trajo a Miami, cuando Susana tenía 8 años de edad.

Cuando tenía 10 años, su mamá no fue a recogerla a la escuela y la dejó afuera esperando hasta en la noche, cuando ambas se alojaban en un motel en 1996.

A esa edad, quedó embarazada de un tal José quien le exigió abortar y su madre también. A los 14 años, su madre le exigió salir del motel con su hijo Cristian para acostarse con un "amigo". Horas después el menor que tenía 2 años, fue visto desnudo y en el estacionamiento del motel.

La policía encontró a la madre de Susana, borracha, drogada y con cocaína en su bolso. La Mamá llevó Susana y su hijo a una casa móvil que no tenía electricidad ni agua y ella se quedaba allí todos los días con su hijo, hasta que alguien llamó a la policía.