Washington, 31 jul (EFE).- El exjugador estrella del fútbol americano O. J. Simpson, de 65 años, ganó hoy una pequeña batalla legal en EE.UU. al conseguir la libertad condicional sobre algunos de los cargos que se le imputaron en 2008, pero no logrará salir de prisión hasta al menos dentro de cuatro años.

Simpson pidió clemencia el pasado jueves ante un panel para solicitar libertad condicional, ante quien expresó su pesar por sus acciones y dijo que ha tratado de ser un modelo de comportamiento dentro de la cárcel.

El panel concedió la libertad condicional al exjugador por los cargos de secuestro, robo y robo con arma de fuego a causa de su conducta positiva, así como por su participación en los programas para los reclusos, su falta de antecedentes penales y el hecho de que aun pesan sobre él otras condenas que lo mantendrán en prisión.

El exjugador de fútbol americano todavía se enfrenta a cuatro cargos por posesión de armas, y a dos cargos por asalto mortal.

Simpson lleva ya cuatro años en la cárcel como parte de una condena de entre 9 a 33 años por un delito cometido en 2007, cuando ayudado por otros cinco hombres asaltó una habitación de un hotel en Las Vegas para hacerse con unos artículos de coleccionista entre los que había objetos que consideraba eran propiedad de su familia.

La condena estaba sometida a opción de libertad condicional y reducción por buena conducta.

Orenthal Janes Simpson fue una leyenda en el equipo de NFL de los Buffalo, mejor jugador del año en 1968, y tras terminar su carrera deportiva en 1979 dio el salto a Hollywood donde apareció en sagas como "The Naked Gun" e incrementó su ya millonaria fortuna.

El 12 de junio de 1994 su exmujer Nicole Brown, de la que se había divorciado dos años antes, y un amigo de ésta, Ronald Goldman, aparecieron muertos a cuchilladas en las escaleras exteriores del jardín de la casa donde vivía ella y los dos hijos del matrimonio.

Cuatro días después, la policía emitió una orden de busca y captura contra O.J. Simpson y la persecución para su detención las calles de Los Ángeles se convirtió en un espectáculo de televisión emitido en directo para una multitudinaria audiencia.

El proceso judicial que siguió, denominado por la prensa en EE.UU. "el juicio del siglo", fue un fenómeno de masas transmitido en vivo por la pequeña pantalla.

Acusado de doble asesinato, la vista finalizó nueve meses después y el 3 de octubre fue declarado "no culpable" y puesto en libertad después de que no aparecieron pruebas concluyentes en su contra.

En 1997, en un juicio civil, sí fue declarado responsable del doble asesinato y se le impuso que pagara una indemnización a la familia de las víctimas de 33,5 millones de dólares.