El papa Francisco dijo en su visita en Brasil que no quiere que los obispos sean vanidosos ni mandones, que deben conducir el rebaño, y ser pastores cercanos a la gente, sencillos y austeros, "hombres que no tengan psicología de príncipes', que no sean ambiciosos".

El pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió al comité de coordinación del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), formado por 45 obispos de América Latina, con los que se reunió en Río de Janeiro antes de regresar a Roma, una vez clausurada la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.

Refiriéndose a los obispos, el papa dijo que los prelados son quienes conducen la pastoral.

"El Obispo debe conducir, que no es lo mismo que mandonear", expresó el papa.

Significó que los obispos deben ser pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre, pacientes y misericordiosos, "hombres que amen la pobreza, sea la pobreza interior como libertad ante el Señor, sea la pobreza exterior como simplicidad y austeridad de vida".