APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO . -La confrontación política entre el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y el presidente de Venezuela Nicolás Maduro vuelve a colocarse en el centro del debate internacional, reavivando tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas y generando reacciones en distintos sectores políticos y multilaterales.
Trump ha reiterado su postura crítica hacia el gobierno venezolano, insistiendo en cuestionamientos sobre la legitimidad democrática, la situación de los derechos humanos y el manejo de la crisis económica y migratoria que afecta a millones de venezolanos.
Desde Caracas, Nicolás Maduro ha respondido señalando a Estados Unidos como responsable de una política de sanciones y presión internacional que, según afirma, ha agravado las dificultades económicas del país. Maduro sostiene que Venezuela es víctima de una estrategia de injerencia extranjera.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, ha llamado en reiteradas ocasiones a reducir las tensiones y privilegiar el diálogo político, advirtiendo sobre el impacto humanitario de las confrontaciones prolongadas.
En el ámbito regional, analistas como el politólogo Michael Shifter, expresidente del Diálogo Interamericano, advierten que el choque Trump–Maduro reactiva viejas divisiones en América Latina y complica los esfuerzos de mediación.
La situación es observada de cerca por la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general Luis Almagro ha mantenido una postura crítica frente al gobierno venezolano y ha abogado por mayor presión internacional.
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Comentario
Ramiro Estrella, periodista y abogado, director ejecutivo de Apunte.com.do, considera que este enfrentamiento político trasciende a los líderes involucrados.
“El choque entre Donald Trump y Nicolás Maduro no es solo un cruce de discursos, es un reflejo de la fragilidad del sistema internacional y del costo humano que genera la confrontación sin diálogo”, expresó.
Estrella sostuvo que América Latina necesita menos confrontación y más diplomacia, y advirtió que las tensiones políticas prolongadas terminan afectando a las poblaciones más vulnerables.