APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -La salud pública internacional enfrenta uno de sus momentos más delicados. Organismos médicos y expertos coinciden en que el avance acelerado de las enfermedades crónicas, sumado a nuevos factores de riesgo, está configurando una crisis silenciosa que impacta por igual a países ricos y pobres.

La diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los trastornos respiratorios concentran hoy más del 70 % de las muertes a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que muchos de estos fallecimientos son prevenibles, pero la falta de hábitos saludables y el acceso desigual a servicios médicos siguen cobrando millones de vidas cada año.

A este panorama se suma el aumento de la resistencia a los antibióticos, considerada una de las mayores amenazas sanitarias del siglo XXI. Médicos alertan que infecciones antes fáciles de tratar podrían volver a ser mortales si no se regula con urgencia el uso indiscriminado de medicamentos.

La salud mental también ocupa un lugar central en esta emergencia global. La depresión, la ansiedad y el estrés crónico se han disparado tras la pandemia, afectando la productividad, la convivencia social y la estabilidad emocional de millones de personas en todos los continentes.

Expertos internacionales coinciden en que la prevención es clave: alimentación equilibrada, actividad física regular, chequeos médicos oportunos y políticas públicas centradas en la salud integral pueden marcar la diferencia entre un futuro saludable o una crisis sanitaria aún mayor.

Desde Apunte.com.do, el llamado es claro: la salud no es un tema local, es un desafío global que requiere conciencia, responsabilidad y acción inmediata de gobiernos, instituciones y ciudadanos por igual.