APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO. -La sinagoga, mucho antes del nacimiento de Cristo, ya era un espacio clave para la vida espiritual del pueblo judío.

Aunque el templo de Jerusalén era el centro de adoración, la sinagoga cumplía un rol fundamental en cada comunidad.

Historiadores explican que funcionaba como un lugar de reunión, oración y lectura pública de la Ley.

No era un templo de sacrificios.
Era un centro educativo, espiritual y comunitario.

Expertos señalan que su origen se remonta al exilio en Babilonia, cuando los judíos quedaron sin acceso al templo.

Allí surgió la necesidad de un espacio para mantener viva la fe y la identidad del pueblo.

En la sinagoga se estudiaba la Torá, se enseñaba a los niños y se discutían asuntos comunitarios.

También servía como punto de orientación moral y, en algunos casos, de resolución de conflictos.

Su estructura era sencilla: un arca para los rollos sagrados, un estrado central y asientos alrededor.

Todo giraba en torno a la enseñanza, la reflexión y la preservación de las tradiciones.

Comprender este origen ayuda a entender el contexto en el que Jesús, siglos después, predicaría en muchas sinagogas.

Comentario de Ramiro Estrella
“La sinagoga fue más que una simple casa de reunión; fue el refugio espiritual de un pueblo que se negó a perder su identidad. Un recordatorio de que la fe se sostiene, incluso lejos de casa.”