APUNTE.COM.DO, SANTO DOMINGO, La expresión popular “miedo a que te saquen los trapitos al sol” se ha convertido en un reflejo moderno de la fragilidad de la imagen pública. En tiempos donde un comentario, una foto olvidada o una decisión tomada en privado puede volver a la superficie, la frase resume una ansiedad compartida en distintos países y sectores.

En América Latina, expertos en sociología aseguran que la exposición digital es el principal detonante de este temor. El chileno Rodrigo Méndez, especialista en cultura digital, señala que “la reputación ya no se construye solo con lo que uno hace, sino con lo que otros pueden mostrar de uno, incluso años después”.

En Estados Unidos, el fenómeno ha sido visible particularmente en el ámbito artístico y deportivo. Varios cantantes, presentadores y atletas han enfrentado controversias por declaraciones viejas que reaparecieron en redes sociales, reavivando debates sobre responsabilidad, contexto y cancelación mediática.
La consultora norteamericana Helen Webster, experta en manejo de crisis, explica que “el pasado ya no es pasado; internet lo congela y lo devuelve cuando menos se espera”.

En Europa, el impacto ha sido similar. En España, Reino Unido y Alemania, diversos influencers y figuras públicas han visto afectadas sus carreras por publicaciones privadas que, filtradas sin permiso, desataron tormentas mediáticas.
El analista británico John Blackburn afirma que “la línea entre lo privado y lo público ya no existe; las filtraciones se han convertido en armas sociales y económicas”.

En Asia, el fenómeno adquiere un matiz distinto. En países como Corea del Sur y Japón, donde la presión social y la imagen son extremadamente sensibles, encuestas muestran que jóvenes trabajadores temen perder empleos por comentarios del pasado o por simples rumores amplificados en plataformas digitales.

En República Dominicana, especialistas en comunicación coinciden en que el fenómeno también está presente. El catedrático dominicano Luis Alcántara destaca que “el escrutinio ciudadano alcanza a políticos, artistas, empleados, estudiantes y empresarios por igual. Lo que antes quedaba en un círculo pequeño hoy puede hacerse viral en minutos”.

Para muchas personas, el mayor temor no proviene del error en sí, sino del “juicio público”.
La psicóloga colombiana Tatiana Bolívar explica que “la vergüenza social es uno de los factores más influyentes en el comportamiento humano. El miedo a la exposición hace que algunos vivan en constante autocensura”.

Algunos comunicadores afirman que la cultura digital ha creado una especie de auditoría permanente.
“Todos somos archivos abiertos”, resume el periodista uruguayo Martín Acevedo.

El periodista y abogado Ramiro Estrella, director ejecutivo de Apunte.com.do, advierte que este fenómeno es un espejo de la vida pública moderna:

> “Quien teme que le saquen los trapitos al sol casi siempre sabe por qué. La transparencia es una protección. Todo lo que se oculta resurge, y cuando lo hace, puede costar reputación, credibilidad y hasta amistades. La coherencia es más fuerte que cualquier campaña”.

 

A pesar de los riesgos, algunos expertos creen que el fenómeno también impulsa una cultura más responsable.
La argentina María Ledesma, investigadora en ética pública, afirma que “si las personas viven con menos miedo a ser expuestas, es porque han aprendido a actuar con más integridad”.

El debate continúa, pero la expresión sigue vigente porque toca un punto universal: la vulnerabilidad humana frente a la mirada de los demás.