APUNTE.COM.DO, Santo Domingo. – La frase “Si no acepta, deberá atenerse a las consecuencias” ha ganado notoriedad en los últimos días, luego de circular nuevos casos en redes sociales y denuncias públicas donde se evidencian intentos de presión en ámbitos laborales, comunitarios y hasta institucionales. La expresión, comúnmente utilizada como ultimátum, se ha convertido en motivo de alarma para distintos sectores, que advierten sobre el aumento de prácticas coercitivas en situaciones de conflicto.

De acuerdo con organizaciones de la sociedad civil, en las últimas semanas se han recibido reportes de personas que afirman haber sido amenazadas con “consecuencias” tras no aceptar propuestas, acuerdos o condiciones que consideran injustas. Aunque muchos de estos casos no llegan a tribunales, expertos señalan que reflejan un patrón preocupante: la sustitución del diálogo por la intimidación.

Consultado por APUNTE.COM.DO, un especialista en conducta social explicó que el uso de ultimátums tiende a surgir cuando una de las partes percibe que está perdiendo control.
“Cuando emerge esta frase, es porque ya no se está negociando; se está tratando de imponer”, señaló.

En el ámbito laboral, representantes sindicales confirmaron que han aumentado las denuncias de trabajadores que aseguran haber sido presionados para firmar documentos, aceptar horarios o renunciar a beneficios bajo advertencias similares. Señalan que estas prácticas atentan contra la negociación colectiva y generan un ambiente de desconfianza.

En comunidades del Gran Santo Domingo y Santiago se han registrado también conflictos entre juntas de vecinos, suplidores de servicios y líderes locales, donde ultimátums de este tipo provocaron disputas que terminaron con la intervención de las autoridades. Organismos mediadores recomiendan reforzar los mecanismos de resolución pacífica de conflictos para evitar escaladas innecesarias.

Por su parte, analistas políticos consideran que la frase se ha vuelto parte de una cultura más amplia donde los desacuerdos se enfrentan con presión en lugar de propuestas. “Las consecuencias no deben ser una amenaza, sino el resultado natural de procesos transparentes y acordados”, indicaron.

Comentario de Ramiro Estrella, periodista y abogado, director ejecutivo de Apunte.com.do:
“La sociedad dominicana debe rechazar cualquier forma de intimidación disfrazada de negociación. Cuando se reemplaza la conversación por advertencias, se erosiona la confianza colectiva. Un país democrático se sostiene en acuerdos, no en presiones”.