APUNTE.COM.DOM, Santo Domingo. – En medio de un panorama cargado de temas de verdadera trascendencia nacional, cada cierto tiempo surgen debates que apenas merecen atención. Se trata de esos episodios que, como suele decirse, constituyen un asunto de tan poca injundia que sorprende la capacidad que tiene la opinión pública para convertirlos en tendencia.
En las redes sociales y en algunos espacios de conversación, pequeños desacuerdos, comentarios aislados o situaciones irrelevantes terminan tomando proporciones exageradas. Mientras tanto, pasan desapercibidos asuntos de peso, como la seguridad ciudadana, la inflación o la calidad de los servicios públicos.
Especialistas en comunicación coinciden en que la velocidad de la era digital ha creado un escenario donde lo mínimo se convierte en espectáculo. Lo trivial se transforma en crisis, y lo que realmente importa queda relegado a un segundo plano.
Algunos sociólogos apuntan que la saturación de información impulsa a las personas a engancharse a cualquier tema rápido, liviano y fácil de comentar. Así, un detalle sin importancia puede ocupar más espacio del que merece en la conversación colectiva.
Comentario de Ramiro Estrella
Para el periodista y abogado Ramiro Estrella, director ejecutivo de Apunte.com.do, esta dinámica revela una desconexión preocupante:
“A veces veo cómo se inflan temas que no tienen el más mínimo impacto en la vida de la gente, y me pregunto hacia dónde estamos dirigiendo la atención pública. Es responsabilidad de todos, periodistas y ciudadanos, recordar que lo urgente y lo importante deben estar por encima de lo banal.”
En un país donde cada día se generan informaciones de peso, centrarse en cuestiones triviales no solo distrae, sino que también debilita la capacidad colectiva de exigir soluciones a los verdaderos problemas que afectan a la población.