APUNTE.COM.DO, Santo Domingo. – En la vida cotidiana muchas personas cargan con culpas que no les pertenecen. Cumplen con su deber, toman decisiones justas y aun así sienten peso en la conciencia.
Los expertos llaman a esto “culpa aprendida”. Es la tendencia a dudar incluso cuando se actúa con honestidad.
La sociedad, la familia o el entorno pueden presionar para que alguien se sienta mal por defender lo que es correcto.
Sin embargo, hacer lo correcto nunca debería generar remordimiento.
Actuar con valores es una fortaleza, no una falta.
El periodista y abogado Ramiro Estrella, director ejecutivo de Apunte.com.do, señala que esta idea debe quedar clara. “No se puede sentir culpa por hacer lo correcto. La verdadera responsabilidad es ser coherente con principios y con la verdad”, afirmó.
Recordar esto ayuda a vivir con más tranquilidad y firmeza:
si actuó con rectitud, no debe temer ni justificarse.