APUNTE.COM.DO, Santo Domingo. –El mal servicio al cliente sigue siendo la principal causa del fracaso de muchos negocios en el país. Cuando el trato es deficiente, el cliente simplemente no regresa.

En numerosos establecimientos, los empleados parecen estar “como Belén y los siete pastores”: perdidos, distraídos y sin ánimo de atender. Esa actitud crea un ambiente incómodo que aleja incluso a los consumidores más fieles.

Los clientes de hoy exigen respuestas rápidas, buena atención y un mínimo de cortesía. Cuando no encuentran eso, optan por llevar su dinero a otro lugar.

Muchos negocios que comienzan con entusiasmo se apagan rápido porque no cuidan lo esencial: el trato humano.

El periodista y abogado Ramiro Estrella, director ejecutivo de Apunte.com.do, advierte que “ningún negocio puede sobrevivir si ve al cliente como un estorbo. El servicio es el alma del comercio; sin eso, no hay futuro”.

A esto se suma que muchos propietarios no supervisan, no capacitan y tampoco dan seguimiento al comportamiento de sus empleados. Dejan todo a la suerte, como si el negocio se manejara solo, y luego se sorprenden cuando las ventas caen.

La realidad es que el cliente recuerda más cómo lo trataron que lo que compró. Un simple gesto de atención puede marcar la diferencia entre perder un cliente o ganar un embajador del negocio.

Mientras no haya una cultura de atención auténtica y responsable, seguirán cerrando negocios que pudieron tener éxito, pero nunca entendieron que el cliente es primero.