APUNTE.COM.DO, Santo Domingo, República Dominicana. — La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) realizó este jueves una serie de protestas y vigilias en distintos puntos del país, denunciando el deterioro de las infraestructuras escolares, la falta de condiciones básicas para la enseñanza y la indiferencia de las autoridades educativas ante esta situación que afecta a miles de estudiantes.
En varios distritos escolares, los maestros marcharon portando pancartas y carteles donde exigían reparaciones urgentes, suministro de agua potable, mobiliario adecuado y el cumplimiento del calendario escolar sin poner en riesgo la seguridad del personal docente y del alumnado.
La presidenta de la ADP, Eduviges Bautista, declaró que “muchas escuelas se están cayendo a pedazos, los baños no funcionan, los techos filtran agua y en otros centros los estudiantes reciben docencia bajo árboles o en aulas improvisadas”.
La dirigente gremial responsabilizó al Ministerio de Educación (MINERD) de no atender a tiempo las múltiples denuncias de los maestros, y advirtió que las movilizaciones continuarán si no se inicia un plan de reparación y mantenimiento de los planteles escolares.
En provincias como Santiago, Barahona, San Cristóbal y Monte Plata, los docentes paralizaron las clases por varias horas, mientras en el Distrito Nacional se realizó una concentración frente al edificio del MINERD, donde entregaron un documento con sus demandas.
Representantes de asociaciones de padres también se sumaron a las manifestaciones, apoyando el reclamo de la ADP y señalando que las malas condiciones afectan directamente la calidad del aprendizaje y la salud de los niños.
Desde el Ministerio de Educación se informó que se está elaborando un plan de intervención por etapas para rehabilitar más de 500 escuelas antes del cierre del año escolar, aunque no se ofrecieron fechas precisas.
Opinión de Ramiro Estrella- Periodista y abogado, director ejecutivo de Apunte.com.do
Las protestas de la ADP reflejan un problema estructural que ha sido ignorado por años: la falta de mantenimiento y supervisión del sistema escolar público. No se trata solo de paredes agrietadas o techos con filtraciones, sino de un síntoma de descuido institucional que pone en riesgo el derecho fundamental a la educación.
El llamado de los maestros debe ser escuchado con seriedad. Ninguna reforma educativa será efectiva mientras los niños estudien en aulas inseguras. El Estado tiene la obligación moral y legal de garantizar espacios dignos, seguros y funcionales para el aprendizaje.