APUNTE.COM.DO, AGENCIA.-El amor, ese sentimiento que escapa a toda lógica, sigue siendo uno de los temas más debatidos por expertos y poetas. Cuando se trata del hombre enamorado, la historia suele repetirse: no mide, no calcula, no lleva la cuenta. Simplemente ama y entrega, convencido de que el valor de su afecto no se traduce en números, sino en emociones.

La expresión popular “el hombre enamorado no saca cuentas” cobra más vigencia en una época en que muchas relaciones se miden por intereses, reciprocidades o conveniencias. Sin embargo, el hombre que ama sinceramente actúa desde el corazón. No pregunta cuánto da ni cuánto recibe. Le basta con ver feliz a la persona amada.

Según el psicólogo social Luis Miguel Torres, “el amor genuino activa las zonas del cerebro relacionadas con la empatía, la ternura y la recompensa emocional. Cuando un hombre ama de verdad, no siente que pierde al dar, sino que se enriquece interiormente”.

Por su parte, el reconocido médico y terapeuta emocional doctor José Rafael Minaya sostiene que el amor en el hombre tiene una dimensión profundamente emocional y, a la vez, protectora. “El hombre enamorado no busca equilibrio en una balanza, sino bienestar en el alma. Su manera de amar es práctica y silenciosa. Da sin esperar y protege sin presumir. Cuando ama, su tiempo, su atención y su entrega se convierten en una forma de lenguaje que no necesita palabras”, expresó el especialista.

El equilibrio del dar y recibir

Los expertos coinciden en que el amor no debe confundirse con sumisión ni sacrificio desmedido. El verdadero amor, aunque es entrega, también implica equilibrio. La psicoterapeuta dominicana Mariela Díaz explica que “amar no es perderse en el otro, sino compartir desde la libertad y la madurez emocional. Cuando ambos dan y se apoyan, el vínculo se fortalece y crece de forma saludable”.

En la cotidianidad, los ejemplos abundan: el hombre que recorre kilómetros para ver a su pareja, el que deja de lado compromisos por acompañarla en un momento difícil, o el que escucha y apoya sin esperar reconocimiento. Todos esos gestos, aunque parezcan pequeños, son la muestra más pura de amor desinteresado.

Amor que no se calcula

El doctor Minaya también advierte que el hombre moderno vive muchas veces entre dos presiones: la de ser proveedor y la de ser emocionalmente fuerte. Sin embargo, afirma que “cuando un hombre se permite amar de verdad, rompe con esos estereotipos y se vuelve más humano. No teme mostrar afecto, ni siente vergüenza de expresar lo que siente. En ese momento, su amor se vuelve auténtico y sin condiciones”.

El amor, en definitiva, no se mide en esfuerzo ni se calcula con intereses. El hombre enamorado no saca cuentas porque su felicidad no depende de lo que obtiene, sino de lo que entrega.

Reflexión final
“El amor verdadero no se calcula ni se condiciona. El hombre que ama de corazón no espera recompensa, porque su mayor ganancia es ver sonreír a quien ama.”