APUNTE.COM.DO.-SANTO DOMINGO,RD. – En un encuentro de alto nivel celebrado en la sede del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el gobernador Héctor Valdez Albizu encabezó una reunión estratégica junto al ministro de Hacienda y Economía, Magín Díaz, y el superintendente de Bancos, Alejandro Fernández. En la mesa de trabajo también participaron los principales ejecutivos del sistema financiero nacional, en un esfuerzo conjunto por evaluar el comportamiento reciente de la economía, proyectar su desempeño para el resto del 2025 y fortalecer las acciones que garanticen estabilidad macroeconómica en medio de un escenario internacional complejo.
Valdez Albizu resaltó la resiliencia de la economía dominicana frente a un entorno global marcado por la incertidumbre, conflictos geopolíticos y volatilidad de los mercados. “En este contexto es esencial actuar con prudencia y mantener la confianza de inversionistas y agentes económicos, tanto locales como internacionales”, expresó.
El gobernador proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá alrededor de un 3.0 % en 2025, con potencial de aceleración si continúa el impulso de la inversión pública y se dispone de espacio para flexibilizar aún más las políticas monetarias. Sobre el mercado cambiario, explicó que las variaciones recientes en el tipo de cambio obedecen a factores estacionales relacionados con las importaciones de fin de año. Estimó que las entradas de divisas superarán los US$46,160 millones a finales de 2025 y que la inversión extranjera directa alcanzará US$4,860 millones, cifra suficiente para cubrir el déficit de cuenta corriente.
Asimismo, destacó que el promedio del tipo de cambio observado en los primeros ocho meses de 2025 fue de RD$61.20 por dólar, dentro de los parámetros presupuestarios oficiales (RD$63.11). Adelantó que la Junta Monetaria revisará esta semana el nuevo Reglamento Cambiario, sometido a consulta pública durante 30 días.
En materia de política monetaria, Valdez Albizu informó sobre la reducción sostenida de las tasas de interés desde las medidas de liquidez aplicadas en mayo. La tasa interbancaria de bancos múltiples bajó de 13.19 % a 8.59 %, mientras que la tasa pasiva cayó de 9.63 % a 7.51 %, y la activa pasó de 14.99 % a 14.19 %.
Sobre la salud del sistema financiero, resaltó su solidez, capitalización y rentabilidad: la rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) alcanzó 21.80 % y sobre los activos (ROA) 2.61 % en julio. La morosidad se mantiene en 1.9 %, con un índice de solvencia de 18.39 %, casi el doble del mínimo requerido (10 %).
El ministro Magín Díaz reafirmó el compromiso del Gobierno de utilizar todos los instrumentos fiscales y monetarios para acelerar la inversión pública y proteger la estabilidad. “Hay una absoluta coordinación de las políticas económica, monetaria y fiscal para enfrentar la desaceleración y garantizar confianza a los inversionistas”, señaló.
Por su parte, el superintendente de Bancos, Alejandro Fernández, destacó el impacto positivo de las medidas monetarias en la reducción de las tasas de interés, lo que permitirá dinamizar el crédito al sector privado y contribuir al crecimiento económico.
Los principales representantes de la banca, entre ellos Christopher Paniagua (Banco Popular), Luis Molina Achécar (Centro Financiero BHD) y Leonardo Aguilera (BanReservas), reiteraron el respaldo del sector financiero a las políticas oficiales. “Estamos comprometidos con la estabilidad económica y confiamos en la resiliencia de nuestro sistema financiero frente a los desafíos globales”, afirmó Paniagua.
En el encuentro también participaron altos directivos del BCRD como Clarissa de la Rocha, vicegobernadora; Ervin Novas, gerente general; y Julio Andújar, asesor económico de la Gobernación, entre otros. Representantes de entidades como Scotiabank, Banco Caribe, Banco Santa Cruz, Banesco, Banco ADEMI, Banco Promérica, Banco LAFISE y Banco Qik también estuvieron presentes, conformando una de las mayores reuniones de alto nivel entre autoridades monetarias y el sector privado de los últimos años.
La reunión concluyó con un consenso sobre la importancia de mantener un diálogo constante entre el Gobierno, las autoridades monetarias y el sistema financiero para anticipar riesgos y diseñar estrategias conjuntas que fortalezcan el crecimiento económico sostenible de la República Dominicana.