16 de agosto: República Dominicana conmemora 162 años de la Guerra de la Restauración

Santo Domingo, República Dominicana (Apunte.com.do).- Este sábado 16 de agosto, la República Dominicana celebra 162 años de la Guerra de la Restauración, un conflicto que reafirmó la soberanía nacional frente a España y fortaleció el orgullo patriótico del país. Cada aniversario recuerda el heroísmo de hombres y mujeres que dieron su vida por la independencia y la libertad.

El Grito de Capotillo: inicio de la resistencia

La Guerra de la Restauración comenzó el 16 de agosto de 1863, cuando un grupo de 14 patriotas liderados por Santiago Rodríguez izó la bandera dominicana en el Cerro de Capotillo, en Dajabón. Este acto simbólico marcó el inicio de la rebelión contra las tropas españolas y se convirtió en un emblema de la resistencia nacional.

Los dominicanos combatían al grito de “¡Viva la República!”, mientras que los españoles respondían con “¡Viva la Reina!”. La lucha se extendería durante dos años, hasta que España se vio obligada a retirar sus tropas, reconociendo así la capacidad de resistencia de los dominicanos.

Antecedentes: la anexión y el descontento

La guerra fue consecuencia directa de la anexión promovida por Pedro Santana en 1861. Santana, tras derrocar a Buenaventura Báez, solicitó a España retomar el control del país apenas 17 años después de la independencia dominicana. Esta decisión generó un amplio descontento por medidas económicas, culturales y políticas que afectaron a toda la población:

Aranceles elevados y monopolio del tabaco, que perjudicaban a los comerciantes locales.

Política religiosa estricta del arzobispo Monzón, que exigía el cumplimiento de normas eclesiásticas que la población no podía cumplir por falta de sacerdotes y caminos.

Rumores sobre la posible reinstauración de la esclavitud, generando temor entre la población negra.

La combinación de estos factores provocó que los dominicanos se levantaran en armas, organizándose en varias regiones del país.

Rebeliones y liderazgo restaurador

La resistencia comenzó con movimientos preliminares en Neiba y se consolidó en la Línea Noroeste, con líderes como Santiago Rodríguez, Lucas Evangelista de Peña, Juan Antonio Polanco, Benito Monción y Pedro Antonio Pimentel.

En Santiago, la rebelión se fortaleció con la participación de Gregorio Luperón y Gaspar Polanco, quienes implementaron una estrategia de combate irregular que resultó clave para debilitar a las fuerzas españolas. Entre los hechos más destacados:

Toma de Santiago y Fortaleza San Luis, donde los restauradores sitiaron la ciudad y obligaron a los españoles a retirarse.

Captura y saqueo de Puerto Plata, causando fuertes pérdidas a las tropas ocupantes.

Batalla de La Canela, el 4 de diciembre de 1864, donde los restauradores derrotaron a los españoles y aseguraron el control del sur del país.

La guerra también estuvo marcada por conflictos internos, como la autoproclamación de José Antonio ‘Pepillo’ Salcedo y posteriores reorganizaciones del liderazgo restaurador, que incluyeron a Pedro Antonio Pimentel y Gregorio Luperón.

Retiro español y legado nacional

En 1865, España, enfrentada a crisis internas y al costo de la guerra, decidió retirar sus tropas el 15 de julio, poniendo fin a la anexión. La Guerra de la Restauración dejó profundas secuelas:

Ciudades y cultivos destruidos, aunque el tabaco se mantuvo como fuente económica.

Consolidación del orgullo nacional y demostración de que España podía ser derrotada.

Establecimiento de un nuevo equilibrio político con caudillos regionales que mantenían la lealtad de sus territorios.

Fortalecimiento de la cooperación con Haití, que hasta entonces había considerado la isla indivisible.

Políticamente, la guerra marcó la pauta de la inestabilidad dominicana durante los años siguientes, con frecuentes cambios presidenciales, negociaciones fallidas y conflictos internos, pero siempre con la soberanía nacional como eje central.

Conmemoración y reflexión

Cada 16 de agosto, los dominicanos recuerdan a quienes lucharon por la independencia y la soberanía, reflexionando sobre la importancia de defender los valores nacionales. La fecha coincide también con la toma de posesión presidencial cada cuatro años, reafirmando que la defensa de la patria sigue siendo un pilar fundamental de la vida nacional.

La Guerra de la Restauración sigue siendo un recordatorio del valor, la unidad y la determinación del pueblo dominicano frente a la adversidad, y su conmemoración invita a reforzar el compromiso con la libertad y la justicia social.