Los Cuatro Principales Retos para la Administración de Donald Trump en su Segundo Mandato
Dr. Héctor Geager
(Por una sociedad más justa y una democracia más representativa)
La segunda administración de Donald Trump enfrenta un complejo panorama geopolítico marcado por conflictos regionales persistentes y el declive relativo del poder estadounidense. Este ensayo analiza los cuatro principales desafíos que definen su política exterior: la crisis Israel-Gaza, las tensiones Irán-Israel, la guerra Ucrania-Rusia, y la decadencia del imperio americano. Además, examina cómo estos obstáculos impiden a Estados Unidos enfocarse en lo que considera su prioridad estratégica: el ascenso de China y el desafío de la multipolaridad liderada por los BRICS.
1. Israel-Gaza: Entre el Apoyo Incondicional y la Limpieza Étnica
El conflicto entre Israel y Gaza representa uno de los desafíos más urgentes para la administración Trump, que ha adoptado una postura radicalmente diferente a la política tradicional estadounidense. Trump ha propuesto un plan que implica la "reubicación permanente" de los palestinos fuera de Gaza, transformando el territorio en lo que describió como "la Riviera de Oriente Medio" bajo control estadounidense .
Este plan, presentado durante la visita del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu a la Casa Blanca, ha sido ampliamente interpretado como un respaldo a los deseos de la extrema derecha israelí de desplazar a la población palestina. El ministro de Finanzas israelí Bezalel Smotrich celebró la propuesta, declarando que "quien cometió la masacre más terrible en nuestra tierra se encontrará con que ha perdido la suya para siempre" .
Sin embargo, el plan enfrenta múltiples obstáculos:
1. Rechazo árabe—Egipto, Jordania y Arabia Saudita han rechazado categóricamente recibir palestinos, calificando la idea como "limpieza étnica" que amenazaría la estabilidad regional.
2. Violación del derecho internacional—Expertos señalan que el plan violaría las leyes internacionales que prohíben los traslados forzados de población .
3. Fracaso de la solución de dos estados—La propuesta de Trump eliminaría cualquier posibilidad residual de una solución de dos estados, pilar de la política exterior estadounidense desde los años 90.
A corto plazo, las declaraciones de Trump han inflamado los ánimos en la región, poniendo en riesgo el frágil alto el fuego en Gaza y alimentando los temores palestinos de una nueva Nakba (catástrofe), como la de 1948. Hamás podría sentirse obligado a responder con nuevas acciones militares para demostrar resistencia ante lo que perciben como planes de expulsión respaldados por Estados Unidos.
Trump parece motivado por una combinación de factores: el deseo de contentar a su base evangélica y a los lobbies pro-israelíes, su visión mercantilista de los conflictos (tratando Gaza como un proyecto inmobiliario), y posiblemente la ambición de ganar un Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, la viabilidad del plan es casi nula sin cooperación regional, lo que podría dejar a la administración con una política sin resultados tangibles y con consecuencias negativas para la estabilidad regional.
2. Irán-Israel: Entre la Diplomacia Nuclear y el Riesgo de Guerra
Las tensiones entre Irán e Israel representan otro frente crítico para la administración Trump, marcado por contradicciones entre su retórica belicista y gestos diplomáticos recientes. Durante su campaña, Trump criticó a Biden por impedir que Israel atacara instalaciones nucleares iraníes, pero una vez en el cargo ha optado por explorar vías diplomáticas .
Este cambio se evidenció durante la visita de Netanyahu a Washington en abril de 2025, cuando Trump frenó públicamente el "impulso belicista" del líder israelí, pidiéndole que fuera "razonable.” En lugar de dar luz verde a ataques israelíes, la administración anunció conversaciones directas con Irán en Omán, las primeras en una década, lideradas por el enviado especial Steve Witkoff.
Los desafíos en este frente son múltiples:
1. Desconfianza histórica—Trump mismo abandonó en 2018 el acuerdo nuclear con Irán (JCPOA) que estaba funcionando, según verificaciones de la AIEA. Reconstruir confianza será difícil.
2. Exigencias maximalistas—Estados Unidos sigue pidiendo que Irán no solo limite su programa nuclear, sino que también abandone su programa de misiles y corte vínculos con grupos como Hezbolá y Hamás; condiciones que Teherán rechaza.
3. Presión israelí—Netanyahu sigue presionando para acciones militares y podría sabotear las negociaciones con operaciones encubiertas o ataques.
Trump parece moverse entre dos impulsos contradictorios: por un lado, su deseo de lograr un "acuerdo épico" que defina su legado; por otro, las presiones de aliados domésticos e israelíes para mantener una línea dura. El riesgo de escalada sigue latente, especialmente si las negociaciones fracasan o Israel decide actuar por su cuenta.
Además, el acercamiento a Irán crea tensiones con Arabia Saudita, otro aliado clave. No obstante, estas tensiones podrían reducirse debido al acercamiento que ha ocurrido últimamente entre los sauditas y los iraníes. Trump espera, sin embargo, retomar el proceso de normalización entre Israel y Arabia Saudita, pero esto requiere avances tanto en Gaza como en el frente nuclear iraní. La compleja interconexión de estos conflictos hace que progresar en uno sin resolver los otros sea extremadamente difícil.
3. Ucrania-Rusia: Un Enfoque Pro-Ruso que Divide a Occidente
La guerra en Ucrania representa quizás el desafío más urgente de política exterior para Trump, quien prometió resolver el conflicto "en 24 horas" pero a los 100 días de gobierno aún lucha por cumplir esta promesa. Su enfoque ha sido marcadamente diferente al de Biden, mostrando una clara inclinación hacia las posiciones rusas.
El plan de paz de Trump, según filtraciones, incluye elementos favorables a Moscú, tales como:
1. Reconocimiento de Crimea como territorio ruso
2. Congelación de las líneas del frente (legitimando conquistas rusas)
3. Renuncia ucraniana a ingresar a la OTAN
Trump ha justificado estas concesiones argumentando que Rusia ya hace una gran concesión al "no tomar todo el país, una narrativa que equipara con la visión del Kremlin. Además, ha culpado a Ucrania por iniciar la guerra al "hablar de entrar en la OTAN.” Pero sin responsabilizar a los Estados Unidos, al Reino Unido y a la Unión Europea por el golpe de estado Ucraniano en el 2014, la rápida ampliación de las fuerzas armadas ucranianas y el aumento de su poderío militar.
Los principales problemas de este enfoque son:
1. La Resistencia ucraniana: Zelensky ha rechazado categóricamente ceder territorio, presentando una contrapropuesta con Europa que pospone las discusiones territoriales hasta después de un alto el fuego.
2. Fractura transatlántica: Aliados europeos como Reino Unido y Alemania están alarmados por la presión estadounidense sobre Ucrania. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, pidió a Trump no forzar a Kiev a aceptar un acuerdo contra su voluntad.
3. Incentivos perversos: Al mostrar disposición a concesiones territoriales, Trump podría estar animando a Rusia a prolongar el conflicto para obtener más ventajas.
La administración ha empleado tácticas duras para presionar a Ucrania, incluyendo cortes temporales de ayuda militar e inteligencia. Sin embargo, a finales de abril de 2025, Trump expresaba frustración tanto con Zelensky por "prolongar" el conflicto como con Putin por lanzar ataques que complican las negociaciones.
El enviado especial Steve Witkoff (sin experiencia diplomática previa) ha liderado las negociaciones, mostrando dificultades incluso para nombrar correctamente las regiones ucranianas ocupadas. Esto refleja la tendencia de Trump a privilegiar la lealtad sobre la experiencia en nombramientos clave.
Si Trump logra un acuerdo, probablemente será en términos favorables a Rusia, lo que podría debilitar la seguridad europea y la credibilidad de Estados Unidos como aliado. Si fracasa, podría abandonar el proceso, dejando a Ucrania en una posición aún más vulnerable. Hay que tomar en cuenta el hecho que Rusia ha sufrido casi un millón de bajas en el conflicto e incurrido miles de millones de dólares en gastos militares. Además de que un poco más del 80 por ciento de la población de los 4 oblasts son de origen ruso y su idioma es el ruso. En referéndums celebrados en esas regiones, los pobladores votaron a favor de independizarse de Ucrania y adherirse a Rusia. Sin lugar a duda, esto lo haría vulnerables a represalias por parte de los ucranianos. Después de tomar en cuenta todos estos aspectos, debemos preguntarnos si estarían los rusos en disposición de abandonar los territorios ocupados?
. La Decadencia del Imperio Americano: Crisis Interna y Pérdida de Hegemonía
El cuarto gran desafío es la decadencia relativa del poder estadounidense, tanto en términos globales como por crisis internas que amenazan la estabilidad del país. Analistas advierten que Estados Unidos podría estar avanzando hacia una condición de "Estado fallido,” minado por polarización política, desmantelamiento institucional y crisis económicas .
Factores internos de decadencia
1. Desmantelamiento institucional: Trump ha despedido a miles de funcionarios y cerrado sectores enteros de la administración, debilitando la capacidad estatal.
2. Polarización tóxica: La radicalización política, evidente desde los 90 pero exacerbada recientemente, ha paralizado la gobernabilidad. Tácticas como los shutdowns gubernamentales se han normalizado.
3. Crisis económica: El aumento de desigualdades, deuda pública y problemas estructurales erosionan la base material del poder estadounidense.
Factores externos de declive relativo
1. Ascenso de China: La participación de EE.UU. en el PIB mundial cayó del 40% al 26% entre 1985-2024, mientras China emerge como rival económico.
2. Desafío BRICS: El bloque representa un polo alternativo al orden occidental, aunque su cohesión es variable.
3. Pérdida de credibilidad: Políticas erráticas como los aranceles globales y el abandono de aliados han dañado la imagen de EE.UU.
Trump intenta contrarrestar este declive con medidas como:
- Aranceles y presión económica: Forzar a aliados a soportar más costos del "paraguas de defensa" estadounidense.
- Enfoque en manufactura: Revitalizar la base industrial nacional, crucial para capacidad militar.
- Acciones unilaterales: Como deportaciones masivas usando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.
Sin embargo, estas medidas podrían acelerar el declive al alienar aliados y sobreestimar la capacidad de coerción económica de EE.UU. La administración Trump representa un intento de gestionar el declive estadounidense, pero sus métodos disruptivos podrían estar exacerbando la crisis que pretenden resolver.
Multi-polaridad y China: El Desafío Estratégico Fundamental
Los cuatro desafíos analizados (Israel-Gaza, Irán-Israel, Ucrania-Rusia y decadencia interna) distraen atención y recursos de lo que Trump considera la prioridad número uno de Estados Unidos: el ascenso de China. Hasta que estos conflictos no se resuelvan, Estados Unidos no puede enfocarse plenamente en el escenario indo-pacífico.
El desafío de la multi-polaridad, liderado por los BRICS (especialmente China y Rusia), representa una re-configuración del orden mundial que erosiona la hegemonía estadounidense. Trump intenta contrarrestarlo mediante:
1. Dividir a los BRICS: Acercándose a Rusia en el conflicto ucraniano para aislar a China.
2. Presión económica: Aranceles y medidas para mantener la primacía del dólar.
3. Reorientación militar: Los conflictos en Oriente Medio y Europa oriental consumen recursos que podrían destinarse an Asia.
Sin embargo, esta estrategia tiene límites claros. El acercamiento a Rusia aliena a aliados europeos sin garantizar que Moscú rompa con Beijing. Los aranceles generan tensiones económicas globales. Y los conflictos regionales siguen atrapando a EE.UU. en crisis que drenan su poder blando y recursos materiales.
Conclusión: Un Segundo Mandato Definiendo el Declive Estadounidense
La segunda administración Trump enfrenta una coyuntura histórica donde los desafíos regionales interactúan con el declive relativo del poder estadounidense. Sus enfoques disruptivos—desde el plan radical para Gaza hasta las concesiones a Rusia—reflejan un intento de reafirmar la hegemonía estadounidense mediante tácticas de coerción y unilateralismo.
Sin embargo, estos esfuerzos están plagados de contradicciones:
- El apoyo extremo a Israel aliena al mundo árabe mientras no resuelve el conflicto palestino.
- La diplomacia con Irán enfurece a Israel y Arabia Saudita.
- El acercamiento a Rusia fractura la OTAN sin garantizar beneficios estratégicos claros.
- Las medidas económicas proteccionistas erosionan alianzas tradicionales.
Mientras Trump gasta capital político y recursos en estos frentes, China consolida su posición como potencia global alternativa. La paradoja es que los intentos de Trump por reafirmar el poder estadounidense podrían estar acelerando la transición hacia el mundo multipolar que pretende evitar.
Los primeros 100 días del segundo mandato muestran una administración dispuesta a romper consensos internacionales, pero con capacidad limitada para producir resultados estables. Más que reafirmar el liderazgo estadounidense, las políticas de Trump podrían estar escribiendo el capítulo final de la hegemonía occidental en su forma tradicional, allanando el camino para un orden global más fragmentado y conflictivo.