Excelente como lo plantea el colega Alberto Quezada, en un artículo que leía en las redes sociales y que fue pubolicado en periódico El Nacional. Se trata del retiro del proyecto de Modernización Fiscal en el Congreso Nacional por parte del presidente Luis Abinader, un claro indicativo de que se verifica un movimiento creciente de conciencia de clase en amplios sectores de la sociedad dominicana.
Ciertamente, tenemos una sociedad que ha avanzado y que ya no es del siglo pasado, como bien lo señala Quezada en su opinión. Este cambio social ha dado lugar a un pueblo más crítico, capaz de analizar, discernir y exigir con firmeza que las decisiones gubernamentales sean justas y beneficien a la mayoría.
Sin embargo, agrego yo, el avance de una sociedad no solo depende del nivel de conciencia de su pueblo. Para lograr un desarrollo sostenible en los diferentes órdenes, es indispensable contar con un liderazgo que sea tolerante, sensible y que esté dispuesto a escuchar. Aquí es donde se destaca el presidente Luis Abinader, quien ha demostrado ser un mandatario que sabe poner el oído en el corazón del pueblo.
El retiro del proyecto de Modernización Fiscal no solo refleja la creciente capacidad del pueblo para alzar su voz, sino también la voluntad de un Presidente para escuchar, reflexionar y recular cuando una decisión no concuerda con las necesidades y aspiraciones de la mayoría. Este acto de tolerancia y humildad política debe ser valorado, ya que no todos los líderes tienen la capacidad de aceptar errores y priorizar el bienestar colectivo sobre sus propias agendas.
Si bien la presión popular es un motor de cambio esencial, su impacto sería limitado sin gobernantes que sean receptivos y que actúen en consecuencia. Abinader ha demostrado que un gobierno que escucha y rectifica puede construir una relación de confianza con el pueblo, sentando las bases para una gestión más inclusiva y democrática.
El artículo de Quezada no solo pone en evidencia el despertar de un "hombre nuevo" en la República Dominicana, sino también resalta que el éxito de este movimiento social depende de la presencia de líderes que estén dispuestos a gobernar con sensibilidad, responsabilidad y empatía. La combinación de una ciudadanía consciente y un gobierno que escucha como ha sido el caso del que presidente Abinader es, sin duda, el camino hacia un futuro más justo y prometedor.
El autor es profesor, periodista y abogado