Santo Domingo, RD.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la consulta del Artículo IV de 2024 con la República Dominicana, destacando que el país ha mantenido un crecimiento económico robusto y resiliente durante las últimas dos décadas, éxito que dice  ha sido impulsado por la implementación de políticas sólidas y marcos institucionales firmes.

A pesar de una desaceleración del crecimiento en 2023 —resultado de condiciones financieras globales restrictivas, demanda externa débil y factores climáticos internos—, la economía dominicana ha mostrado una notable capacidad de adaptación. El FMI subraya que el retorno rápido y sostenido de la inflación a su meta fue facilitado por políticas eficaces que moderaron el crecimiento y, al mismo tiempo, respaldaron la estabilidad macroeconómica.

Política Monetaria y Fiscal:

La política monetaria fue adecuadamente ajustada en respuesta a la desaceleración del crecimiento y la caída de los precios de las materias primas, permitiendo que el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) redujera su tasa de política y flexibilizara el tipo de cambio. Esto ayudó a suavizar la volatilidad del tipo de cambio, garantizando estabilidad en los mercados. El FMI también elogió el manejo prudente de la política fiscal, que ajustó el gasto público para responder a las condiciones económicas, logrando que el déficit en cuenta corriente se redujera a un 3,6% del PIB en 2023, financiado en su totalidad por flujos de inversión extranjera directa (IED).

Desempeño del Sector Financiero:

El sector financiero dominicano demostró resiliencia durante el período de condiciones financieras más restrictivas y menor crecimiento. Este sector permanece debidamente capitalizado y rentable, y las pruebas de estrés indican que está bien posicionado para absorber posibles choques. Sin embargo, el FMI insta a que se continúe con un monitoreo cuidadoso para contener la acumulación de vulnerabilidades, especialmente en un contexto de tasas de interés elevadas.

Perspectivas de Crecimiento:
El FMI proyecta un crecimiento del PIB real de alrededor del 5% para 2024, en línea con la tendencia de largo plazo, y espera que la inflación se mantenga en torno al 4%, dentro del rango meta del BCRD. Además, se prevé que el déficit en cuenta corriente se reducirá gradualmente hasta situarse por debajo del 3% del PIB, con expectativas de que siga siendo financiado por IED. No obstante, los riesgos a corto plazo, derivados de factores como las tensiones geopolíticas y la volatilidad de los precios de las materias primas, siguen presentes, aunque se consideran moderados.

Reformas Estructurales y Políticas:
El FMI subraya la importancia de seguir implementando reformas estructurales en el ámbito fiscal y el sector eléctrico. La implementación de una reforma fiscal integral es esencial para aumentar los ingresos del Estado de forma sostenible y mejorar la eficiencia del gasto público. Las prioridades incluyen la eliminación de exenciones tributarias, la ampliación de la base impositiva, y la reducción de los subsidios al sector eléctrico. Esto permitiría al gobierno generar los recursos necesarios para invertir en infraestructura resiliente y promover un crecimiento inclusivo.

Asimismo, el FMI considera imperativo que se avance en la recapitalización del BCRD para fortalecer su autonomía y en la mejora del marco regulatorio financiero y prudencial, siguiendo los estándares internacionales. También señala la importancia de modernizar el mercado cambiario y limitar las intervenciones a choques importantes, lo que permitiría una mayor flexibilidad en el tipo de cambio y, por ende, una mayor eficacia en el régimen de metas de inflación.

Riesgos y Oportunidades:
A corto plazo, los principales riesgos para la economía dominicana incluyen un entorno financiero mundial más restrictivo, la posibilidad de que Estados Unidos mantenga políticas monetarias estrictas, el incremento de los conflictos geopolíticos y el riesgo de fenómenos meteorológicos adversos. Sin embargo, a mediano plazo, los riesgos están más equilibrados y podrían inclinarse al alza si las reformas estructurales son implementadas con éxito.

Desafíos y Recomendaciones:
Entre los desafíos clave, el FMI destaca la necesidad de continuar acumulando reservas internacionales, que, si bien son adecuadas según los indicadores tradicionales, requieren fortalecimiento para enfrentar posibles choques futuros. La mejora de la gestión financiera pública y la eficiencia en la administración de ingresos también son esenciales para garantizar un crecimiento sostenible.

Las reformas en áreas como la educación, el mercado laboral, y la adaptación y mitigación climática son igualmente críticas para fortalecer el crecimiento inclusivo y resiliente, reduciendo vulnerabilidades sociales y económicas. Finalmente, el FMI alienta a las autoridades a seguir implementando plenamente el Pacto Eléctrico, lo que contribuirá significativamente a la estabilidad y competitividad del país.

En general, el FMI considera que la República Dominicana está bien posicionada para continuar en una senda de crecimiento sostenible y estabilidad, siempre que continúe implementando reformas estructurales clave. El sólido historial de políticas económicas del país, junto con su resiliencia demostrada frente a desafíos globales, ofrece una base sólida para enfrentar los riesgos futuros y aprovechar las oportunidades de crecimiento.

El Directorio Ejecutivo del FMI concluye la Consulta del Artículo IV
con República Dominicana correspondiente a 2024
10 de septiembre de 2024

Washington, D. C.: El 10 de septiembre, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional
(FMI) concluyó la consulta del Artículo IV [1]  con la República Dominicana, y consideró y aprobó la
evaluación preparada por el personal técnico sin realizar una reunión [2] .
Un historial de sólidas políticas y firmes marcos de políticas institucionales han ayudado a la República
Dominicana a lograr un crecimiento económico robusto y resiliente con una baja inflación en las
últimas dos décadas. Políticas eficaces contribuyeron a una moderación del crecimiento que facilitó el
debido retorno rápido y sostenido de la inflación a su nivel meta el año pasado y, posteriormente,
apoyaron la recuperación, mientras que la estrecha vigilancia del sector financiero respaldó la
estabilidad macrofinanciera. Las mejoras previstas de los marcos de políticas y la profundización de
las reformas estructurales —en particular las reformas integrales en el plano fiscal y en el sector
eléctrico— tienen el potencial de seguir promoviendo la estabilidad, la competitividad y el crecimiento
inclusivo.
Luego de una fuerte recuperación después de la pandemia, el crecimiento económico se desaceleró a
2,4 por ciento en 2023 debido a condiciones financieras globales e internas más restrictivas, una débil
demanda por exportaciones y factores internos transitorios principalmente de índole climática. La
desaceleración del crecimiento, sumada a la disminución de los precios de las materias primas,
hicieron que la inflación convergiera más pronto de lo previsto hacia el rango meta (4±1 por ciento). En
respuesta, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) redujo de forma prudente y adecuada
su principal tasa de política monetaria, permitiendo una mayor flexibilidad cambiaria y aumentando sus
intervenciones cambiarias para suavizar la volatilidad diaria del tipo de cambio. Asimismo, la política
fiscal fue prudentemente ajustada para ayudar a la economía. El déficit en cuenta corriente en 2023 se
redujo marcadamente a 3,6 por ciento del PIB y se financió en su totalidad con flujos de inversión
extranjera directa (IED). El sector financiero supo sortear bien el período de restricción de la política
monetaria y menor crecimiento, y se encuentra debidamente capitalizado y rentable.
Apoyado en la solidez de las políticas y los fundamentos macroeconómicos, las perspectivas son
positivas pese a la elevada incertidumbre, principalmente global. Para 2024 y en el mediano plazo, se
proyecta que el crecimiento del PIB real se sitúe en torno a su tendencia de largo plazo de 5 por
ciento, con la inflación alrededor de la meta de 4 por ciento. Se proyecta que el déficit en cuenta
corriente se reduzca gradualmente hasta menos de 3 por ciento del PIB y siga financiándose en su
totalidad con IED. Los riesgos a corto plazo para el desempeño económico—derivados de las
condiciones financieras mundiales más restrictivas, las tensiones geopolíticas y los precios volátiles de
las materias primas— se han moderado desde el año pasado, pero permanecen elevados y sesgados
a la baja. A mediano plazo, los riesgos están más equilibrados con sesgos al alza si las principales
reformas son implementadas con éxito.
Evaluación del Directorio Ejecutivo
Al concluir la consulta del Artículo IV de 2024 con la República Dominicana, los directores ejecutivos
avalaron la evaluación del personal técnico en los siguientes términos:

Un historial de sólidas políticas y firmes marcos de política institucionales han ayudado a la República
Dominicana a lograr un crecimiento económico robusto y resiliente con una baja inflación en las
últimas dos décadas. Políticas eficaces contribuyeron a una moderación del crecimiento que facilitó el
debido retorno rápido y sostenido de la inflación a su nivel meta en 2023. Las autoridades
proporcionaron apoyo oportuno con políticas para apoyar la recuperación mientras que monitoreaban
con atención el sector financiero. La posición externa mejoró de forma significativa en 2023 y fue
congruente con los fundamentos económicos y con las políticas recomendadas.
Las perspectivas son positivas pese a la elevada incertidumbre, principalmente global. Para 2024 y los
años siguientes se proyecta que el crecimiento del PIB real se sitúe en torno a su tendencia de largo
plazo de 5 por ciento, con la inflación alrededor de la meta (de 4±1 por ciento). A mediano plazo, se
proyecta que el déficit en cuenta corriente, que se espera se financie en su totalidad con IED, se
reduzca gradualmente. A corto plazo, predominan los riesgos a la baja—por ejemplo, que Estados
Unidos mantenga una política monetaria más restrictiva durante más tiempo, que se intensifiquen los
conflictos regionales o se produzcan fenómenos meteorológicos locales extremos—pero están más
equilibrados en el mediano plazo y algunos se inclinan al alza si las reformas se ejecutan
exitosamente. Los niveles de espacio existentes, la ampliación de los planes contingentes y la
formulación firme y ágil de políticas pueden ayudar a hacer frente a choques adversos.
A corto plazo, las prioridades en materia de políticas deben permanecer enfocadas en mantener la
estabilidad macroeconómica y financiera, las cuales incluyen incrementar la flexibilidad del tipo de
cambio. La normalización de la política monetaria puede continuar, en vista de que aún hay holgura en
la economía y que la inflación está firmemente situada dentro del rango meta. Es preciso seguir
priorizando las medidas orientadas a agilizar la recapitalización del banco central con el fin de reforzar
su autonomía. Deben proseguir los esfuerzos para profundizar el mercado cambiario, ampliar el uso de
mecanismos de cobertura y limitar las intervenciones cambiarias a los choques importantes que
provoquen cambios desestabilizadores en las primas de cobertura y financiamiento, con el fin de
seguir respaldando la flexibilidad del tipo de cambio y, con ello, mejorar aún más la eficacia del
régimen de metas de inflación. Aunque las reservas internacionales son en general adecuadas de
acuerdo con los indicadores tradicionales, es necesario acumular reservas adicionales para aumentar
los espacios para hacer frente a futuros choques.
La política fiscal debe seguir centrada en reponer el espacio fiscal y en atender los gastos esenciales.
La ley de responsabilidad fiscal y su implementación prevista son bienvenidas y constituyen pasos
importantes con miras a anclar aún más las políticas a mediano plazo y seguir garantizando la
sostenibilidad de la deuda. La consolidación fiscal gradual prevista por las autoridades, acorde con
dicha ley, es adecuada para posicionar a la deuda en una firme trayectoria descendente y crear
espacio fiscal. Resulta imperiosa una reforma fiscal integral que aumente de forma duradera los
ingresos fiscales—mediante la eliminación de exenciones tributarias y la ampliación de la base
impositiva— y mejore la eficiencia del gasto, sobre todo con una reducción de los subsidios al sector
eléctrico y las transferencias no focalizadas. Así, se creará espacio para el necesario gasto en
desarrollo (incluyendo en infraestructuras resilientes a los desastres) con miras a promover el
crecimiento inclusivo.
El sector financiero sigue siendo resiliente y está debidamente capitalizado; asimismo, deben
mantenerse los esfuerzos destinados a modernizar el marco regulatorio congruentes con las normas
internacionales más recientes. El sector supo sortear bien el período de tasas de interés altas y bajo
crecimiento en 2023. Las pruebas de estrés muestran que el sector bancario está en condiciones de
absorber choques diversos. En vista de las tasas de interés más altas por más tiempo y repuntes previos del crecimiento del crédito, sigue siendo necesario mantener un monitoreo cuidadoso para contener cualquier acumulación de vulnerabilidades. La modernización del marco regulatorio financiero y prudencial, unida a la ampliación del conjunto de herramientas macroprudenciales y al cierre de las brechas regulatorias y de supervisión (incluidas las cooperativas de ahorro y crédito), incrementará aún más la resiliencia del sector financiero.
Los esfuerzos en curso para mejorar las instituciones públicas y el clima empresarial son esenciales para preservar la firme trayectoria de inversión y crecimiento. Para afianzar más el marco de la política fiscal y la eficiencia del gasto y el ingreso, corresponde continuar mejorando la gestión financiera pública y reforzar más la administración de ingresos públicos. Las reformas educativas y del mercado laboral, junto con nuevas mejoras de los logros sociales y la adopción de políticas de adaptación y mitigación climática, serán cruciales para apoyar el crecimiento inclusivo y resiliente, y seguir reduciendo las vulnerabilidades. Las autoridades deben proseguir con sus esfuerzos con el fin de implementar plenamente el Pacto Eléctrico

Conforme al Artículo IV de su Convenio Constitutivo, el FMI mantiene conversaciones bilaterales con sus países miembros, habitualmente todos los años. Un equipo de funcionarios del FMI visita el país, recaba información económica y financiera, y analiza con las autoridades la evolución del país y sus políticas en materia económica. Tras regresar a la sede del FMI los funcionarios elaboran un
informe que sirve de base para el análisis del Directorio Ejecutivo.
[2]  El Directorio Ejecutivo toma decisiones conforme al procedimiento de aprobación tácita por
vencimiento cuando el Directorio acuerda que una propuesta puede considerarse sin convocar a
deliberaciones formales.