Redacción internacional.- SpaceX realizó su primera misión espacial totalmente privada en septiembre de 2021 con la tripulación del Inspiration 4. Aunque el viaje duró poco más de 70 horas, fue suficiente para que los cuatro astronautas regresaran a la Tierra más jóvenes de lo que se fueron.
El viaje no tenía fines científicos. Fue únicamente un vuelo comercial en la órbita terrestre a bordo de una cápsula Crew Dragon, financiada principalmente por el multimillonario Jared Isaacman con fines benéficos.
Durante el viaje, la oficial médica a bordo, Hayley Arceneaux, tomó algunas muestras de piel y sangre, tanto de ella como de sus compañeros. Tras volver a la Tierra, se realizaron una gran cantidad de pruebas a esas muestras y se descubrieron algunos detalles interesantes.
El espacio en el cuerpo
De acuerdo con los resultados publicados en la revista Nature, el entorno espacial tiene un efecto profundo sobre el cuerpo humano.
Para esto, se analizaron los cambios genéticos en el cuerpo de los turistas espaciales y se encontraron modificaciones en sus telómeros, las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas y que se acortan con la edad. Estos se alargaron de forma significativa.
Sin embargo, tras volver a la Tierra, los telómeros se encogieron casi de inmediato, incluso más de lo que estaban antes del vuelo. Además, los astronautas presentaron pérdida ósea y muscular, así como un mayor estrés cerebral, que regresaron a sus niveles previos hasta seis meses después, en la mayoría de los casos.
Según Susan Bailey, líder del estudio, aún no se comprende qué causa estos cambios tan rápidos.
Más evidencias de cambios
Este no es el único antecedente de cambios en el cuerpo humano tras estar en el espacio. Está también el caso de Scott Kelly, astronauta que pasó un año en la Estación Espacial Internacional en 2015. Al regresar fue comparado con la evolución de su hermano gemelo, Mark Kelly.
Aunque los telómeros suelen acortarse con el tiempo y el estrés, se alargaron también en el caso de Kelly. Este nuevo estudio demuestra que, con apenas unos días de exposición, se pueden observar cambios corporales tanto en las proteínas como en la genética de los tripulantes espaciales.