El país estaría señalando el camino hacia una economía avanzada en las próximas década
Según un informe publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la República Dominicana está avanzando hacia la convergencia de ingresos y se perfila para convertirse en una economía avanzada en las próximas décadas. Los expertos del FMI, Frank Fuentes, Emilio Fernández y Alejandro Santos, destacan que a pesar de haber sido considerada uno de los países más pobres de América Latina en la década de 1960, ha logrado un progreso significativo en términos de convergencia de ingresos.
La convergencia de ingresos se evalúa comparando el ingreso per cápita del país con el de una nación más próspera, como Estados Unidos. En el caso de la República Dominicana, esta proporción alcanzó el 32 por ciento en 2022, lo que indica que su nivel de vida es aproximadamente un tercio del de Estados Unidos. Esta cifra contrasta con el promedio de América Latina, que se sitúa en alrededor de una cuarta parte del nivel de vida de Estados Unidos.
Los expertos enfatizan que, si se implementan las políticas adecuadas, la nación caribeña tiene el potencial de alcanzar el estatus de economía avanzada en los próximos 40 años. Destacan la velocidad del progreso de la República Dominicana en comparación con otros países de la región, lo que es un logro notorio.
A lo largo de las últimas cinco décadas, la República Dominicana ha experimentado una transformación económica significativa, pasando de depender principalmente de la agricultura a una economía más orientada hacia la manufactura, respaldada por el crecimiento de las zonas de libre comercio, y luego a una economía impulsada por los servicios, con un enfoque en el turismo y la expansión del sistema financiero.
El informe del FMI también señala que este dinamismo económico ha sido fundamental en la reducción de la pobreza en dos tercios durante las últimas tres décadas y en la disminución de la desigualdad, con una mejora significativa en la distribución más equitativa de los ingresos, evidenciada por una reducción del coeficiente de Gini en una cuarta parte.
Los autores del informe, Frank Fuentes, Emilio Fernández y Alejandro Santos, son destacados miembros del FMI con roles específicos relacionados con la representación y asesoría para la República Dominicana, así como con el monitoreo económico en el Hemisferio Occidental.
DOCUMENTO DEL FMI PUBLICADO EN EL IDIOMA INGLES Y TRADUCIDO AL ESPAÑOL
Título: La República Dominicana muestra convergencia de ingresos que señala el camino hacia una economía avanzada en las próximas décadas.
Fecha: 3 de agosto de 2023
El país lidera América Latina en la reducción rápida de la brecha de ingresos con Estados Unidos
A pesar de ser uno de los países más pobres de América Latina a mediados de la década de 1960, la República Dominicana ha logrado un progreso notable en términos de convergencia de ingresos.
La convergencia de ingresos se mide típicamente comparando el ingreso per cápita de un país con el de una nación más próspera, a menudo Estados Unidos. Para la República Dominicana, esta relación alcanzó el 32 por ciento en 2022, lo que indica que el nivel de vida del país es aproximadamente un tercio del de Estados Unidos. Esto contrasta con América Latina en su conjunto, donde el nivel de vida promedio es alrededor de una cuarta parte del de Estados Unidos.
Con las políticas adecuadas, el país tiene el potencial de convertirse en una economía avanzada en los próximos 40 años.
Convergencia a velocidad "azul"
Lo que es notable sobre el progreso de la República Dominicana no es solo el nivel de convergencia, sino también su velocidad en comparación con otros países de la región. Al examinar la velocidad promedio de convergencia, o la tasa de cambio en la convergencia de ingresos por década, es evidente que la República Dominicana ha exhibido la mayor velocidad promedio de convergencia, o "desplazamiento azul", en América Latina en los últimos 50 años. Panamá y Chile también han logrado velocidades de convergencia positivas igualmente significativas pero más bajas, mientras que la mayoría de los países de la región han experimentado velocidades de convergencia muy bajas ("desplazamiento verde") o negativas ("desplazamiento rojo").
A pesar de enfrentar desafíos, como la crisis de la deuda en la década de 1980, la economía de la República Dominicana ha estado convergiendo a un ritmo más rápido. La velocidad de convergencia ha aumentado de un promedio de 3 puntos porcentuales por década en los últimos 50 años a casi 8 puntos porcentuales por década en tiempos más recientes. Este rendimiento notable se puede atribuir a varios factores, incluida la implementación de políticas sólidas, especialmente por parte del banco central, mejoras en el marco de políticas, una base de exportación más diversificada y la flexibilidad estructural de la economía ante las cambiantes condiciones globales.
De raíces agrícolas a dinamismo económico
En el último medio siglo, la República Dominicana se ha transformado, primero, de una economía principalmente agrícola a una más orientada a la manufactura, respaldada por el crecimiento de las zonas de libre comercio, y posteriormente a una economía impulsada por los servicios, respaldada por la explotación del potencial turístico del país y la expansión del sistema financiero.
Hoy, el país mantiene una mezcla equilibrada de industrias y sectores, incluida la agricultura, la manufactura y los servicios, y cuenta con el sexto PIB per cápita más alto de América Latina, al tener en cuenta el poder adquisitivo, superando a gigantes regionales como Brasil y México.
Este dinamismo ha desempeñado un papel crucial en la reducción de la pobreza en dos tercios en las últimas tres décadas y la disminución de la desigualdad, con el coeficiente Gini disminuyendo en una cuarta parte, lo que indica una tendencia positiva continua hacia una distribución más equitativa de los ingresos.
Este progreso ha impactado a la familia promedio dominicana, cuyo poder adquisitivo ha aumentado cuatro veces en los últimos 50 años, lo que les ha permitido disfrutar de una mejor calidad de vida y mayores oportunidades económicas.
Las políticas sólidas que llevaron al alto crecimiento de la República Dominicana requirieron ajustes oportunos en las políticas, a menudo en respuesta a choques y condiciones cambiantes. En este sentido, los programas respaldados por el FMI a través de diversas crisis han desempeñado un papel importante.
Priorizando reformas para un crecimiento sostenido
Mirando hacia el futuro, hay razones para creer que la República Dominicana puede mantener su alto crecimiento. El personal del FMI estima un crecimiento potencial del 5 por ciento anual, similar al promedio de los últimos 50 años.
Para impulsar un mayor crecimiento potencial, la República Dominicana puede priorizar reformas estructurales clave. Esto incluye mejorar la calidad de la educación para aumentar la productividad de la fuerza laboral; completar la reforma del sector eléctrico para mejorar la distribución, eliminar los apagones y promover la adopción de energías renovables; fortalecer la resiliencia de los sectores turístico y agrícola ante desastres naturales y el cambio climático; abordar la informalidad en el mercado laboral para una mejor calidad de empleo; mejorar aún más el clima empresarial para alcanzar la calificación de grado de inversión y atraer mayores niveles de inversión; y fomentar la tecnología y la innovación.
Si bien existen riesgos en el futuro, especialmente los asociados al cambio climático, la implementación continua de reformas destinadas a fomentar la productividad puede ayudar a mantener altas tasas de crecimiento, allanando el camino para un futuro próspero para su población y eventualmente transformando a la República Dominicana en una economía avanzada hacia aproximadamente 2060. Tal progreso representaría un significativo "desplazamiento azul" en la historia del país y serviría como una prueba innegable de su desarrollo continuo.